Jerusalén, 17 jul (EFE).- Mandos del Ejército de Israel se encuentran dialogando con los reservistas que se declararon en paro para protestar contra la reforma judicial que impulsa el Gobierno, ante el riesgo para la seguridad que representa la ausencia de un gran número de militares disidentes, que se estima asciende a 4.000.
«Los oficiales al mando se reúnen y entablan un diálogo con sus reservistas mientras enfatizan la importancia del servicio de reserva y la preservación de la unidad en todo el Ejército», informó este lunes un portavoz castrense a EFE.
«Las reservas de las Fuerzas de Defensa de Israel constituyen una parte inseparable de la capacidad operativa del Ejército para cumplir su propósito como protector de la seguridad de los ciudadanos del Estado de Israel», añadió.
Casi 4.000 soldados reservistas en puestos clave del Ejército de Israel, entre ellos pilotos, comandos y expertos en ciberguerra, han firmado cartas en las que afirman que no seguirán prestando su servicio voluntario en protesta por la reforma judicial, según un recuento del Canal 12, que ha ido compilando las listas de militares disidentes.
El primer ministro Benjamín Netanyahu y el Gobierno que forma con sus socios ultraortodoxos y ultranacionalistas, el más derechista de la historia de Israel, anunciaron en enero una reforma judicial que busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia.
Desde entonces, el país se ha polarizado y surgió un histórico movimiento de protesta que aglutina diversos sectores -académicos, banqueros, militares y empresarios del pujante sector de la tecnología- que consideran que la reforma acabaría con la separación de poderes, limitaría las libertades individuales, acarreará graves consecuencias económicas y restaría atribuciones al Supremo, lo que llevaría a Israel hacia la autocracia.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien ya ha advertido públicamente del riesgo de seguridad que supone el paro de los reservistas, sostuvo el domingo una reunión de emergencia con el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, en la que consideraron exponer sus preocupaciones a Netanyahu, según medios.
Consultado por EFE, el Ministerio de Defensa no confirmó ni negó la reunión.
Según una columna del diario Yedioth Ahronoth, Netanyahu dijo a su círculo cercano este fin de semana que Israel puede sobrevivir “sin unos pocos escuadrones”, mientras que «poner fin a la legislación significaría que no tiene sentido tener un poder Ejecutivo».
Por su parte, el vocero del Ejército dijo a EFE que «los incidentes de ausencias entre los reservistas cuando son llamados al servicio son muy limitados. Todos los incidentes fueron suficientemente manejados por los comandantes».
Sin embargo, solo este fin de semana, se declararon en paro unos 400 reservistas de la unidad de élite más prestigiosa de las fuerzas especiales del Ejército, Sayeret Matkal.
“Esperamos que frenen la destructiva legislación, con la esperanza de presentarnos al próximo llamado al servicio de reserva, cuando hayan quitado la espada del cuello de la democracia”, escribieron los comandos reservistas en su carta de protesta, difundida en varios medios israelíes.
Esto suma a otros paros en la esfera militar durante los últimos días.
Al menos 200 pilotos y navegantes de aviones, unos 420 miembros de la unidad de comando naval de élite Shayetet, 350 médicos de reserva, 950 miembros de la División de Operaciones Especiales de la Inteligencia Militar y miembros de unidades de guerra cibernética, 90 empleados de cuarteles generales, 50 operadores de control de tráfico aéreo, 600 paracaidistas de reserva y muchos más, han firmado cartas de protesta, según el recuento de Canal 12.
Se espera que el número de militares disidentes aumente mientras la polémica reforma sigue avanzando en el Parlamento y ya se se ha convocado para el martes una nueva jornada masiva de protestas y paros bajo el nombre de «Día de Resistencia».
En marzo, Gallant pidió frenar la reforma ante las divisiones que estaba causando en el Ejército.
Enfadado por el desplante público, Netanyahu ordenó el despido del ministro de Defensa, pero tuvo que dar marcha atrás cuando esa medida provocó las manifestaciones más multitudinarias desde el inicio de las protestas, con 700.000 personas en las calles.
Netanyahu también accedió a frenar la reforma para intentar un consenso con la oposición, pero ante el fracaso de los diálogos, decidió continuar unilaterlamente con la iniciativa.
El Parlamento -donde la coalición gubernamental tiene mayoría- se encuentra tramitando la aprobación definitiva -prevista para antes de que termine este mes- de uno de los pilares de la reforma, que consiste en un proyecto de ley que acabaría con la doctrina de razonabilidad, que permite al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales que considere no razonables.