Lola Herrera llegará este domingo al teatro Buero Vallejo y lo hará precedida de una carta que ha escrito a su amiga Menchu, Carmen Sotillo, la protagonista de Cinco horas con Mario, la obra de Miguel Delibes. En ella explica que «Carmen fue mi «psicóloga», una amiga leal. A través de ella pude conectar con la memoria ancestral de las mujeres. Todos los personajes te enseñan algo, pero con Menchu hay un antes y un después, ella me ayudó a reconstruir mi vida personal y profesional».
Cinco horas con Mario fue el primer texto de Miguel Delibes que llegaba a la escena y con él, debutaron en el teatro la directora, el productor, el escenógrafo Rafael Palmero y Luis Eduardo Aute en la ilustración musical de una obra de teatro. Durante los diez años seguidos que estuvo en cartel cosechó grandes éxitos y en las reposiciones posteriores también, siendo actualmente una de las novelas más leídas de su autor y una de las que, sin duda, figuran en el imaginario colectivo español.
Lola Herrera explica que, en los cinco encuentros con el personaje a lo largo de los años, o, como ella dice, «mirando al personaje con diferentes ópticas», se ha ido encontrando con distintas Cármenes. «Delibes escribió un personaje lleno de pasadizos secretos», afirma, «yo he descubierto bastantes, pero hay más, muchos más… Me despedí de Carmen en 2005. Pensé que para siempre, pero me equivoqué. En 2016, con motivo del 50 aniversario de la edición de la novela, se plantó de nuevo en mi vida. Fue un encuentro con inseguridades, pero lleno de alegría, una celebración inmensa que no puedo describir… El mundo de la ficción está lleno de realidades con mil formas y disfraces… Es fascinante, apasionante, mágico, curativo… Nuestra relación se ha consolidado con el paso del tiempo y se actualiza en cada encuentro. Es una relación renovadora que permite un juego continuo».
Ahora, en Alcorcón se podrán descubrir esa nueva mirada en un monólogo construido a lo largo de los años a partir de una novela de gran trascendencia en la narrativa española contemporánea. Y es que puede que sea la única vez en la escena que una misma actriz da vida a un personaje con 44, 66 y más de 80 años.