Greenpeace: «Celebramos el paso adelante que ha dado el Ministerio de Consumo, pero es necesario pasar de las palabras a la acción».
Ante la polémica suscitada sobre la necesidad de reducir el consumo de carne Greenpeace ha hecho un llamamiento alertando de los efectos que conlleva la producción industrial de carne. La organización señala que cada persona en España consume unos 275 gramos de carne al día, una cifra bastante superior a los 300 gramos a la semana que se recomiendan.
Según las fuentes del INE España produjo en 2020 un total de 7,6 millones de toneladas de carne. La carne fue la categoría que más proporción del presupuesto acaparó en los hogares, con el 20,37% destinado a alimentación y bebidas (lo que equivale a un gasto de 349,54 euros por persona al año). En referencia a estos datos hay que tener en cuenta que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) aconseja un consumo moderado de carne, entre dos y cuatro veces por semana (tomando como referencia raciones de 100-125 gramos).
Greenpeace ha catalogado los grandes problemas que derivan de un consumo excesivo de carne en seis puntos. Señalan a la ganadería (como sector global) como responsable de la emisiones el 14,5% de los gases de efecto invernadero, lo que contribuye en demasía al avance del cambio climático. «No podemos frenar el calentamiento global si no cambiamos el modo de producir y consumir carne y otros derivados animales» opinan. En referencia a la salud de los ciudadanos apuntan que el consumo excesivo de carne, en combinación con otros factores como la falta de ejercicio físico, contribuye a deteriorar la salud, dando pie al sobrepeso, la obesidad y enfermedades cardiovasculares.
El principal debate sobre el consumo de la carne, así como los posteriores movimientos veganos, tiene su base en el daño que produce al ecosistema. Respecto a esto, Greenpeace indica que alrededor del 80% de las especies amenazadas han perdido su hábitat por la actividad agrícola y por los fertilizantes y plaguicidas sintéticos que suponen una amenaza directa para muchas especies, como las abejas y otros polinizadores. La organización hace hincapié también en los efectos sobre el agua. «Por ejemplo, para producir 1 kg de filete de ternera son necesarios 15.000 litros de agua, mientras que para producir 1 kg de trigo hacen falta 1.300 litros o 131 para 1 kg de zanahorias» argumenta Greenpeace.
En torno a este debate los últimos días tras las declaraciones del Ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha surgido una palabra clave: las macrogranjas. Estos centros de explotación animal a gran escala siempre han estado en la mira de los colectivos en contra de la carne, los cuales proponen que se sustituyan por sistemas de ganadería extensiva. Greenpeace es uno de los que apoya este sistema. «Apoyar la ganadería extensiva y ecológica es apoyar un modelo donde los animales viven dignamente y contribuyen al equilibrio ecológico».