El factor étnico, imprescindible para desarrollar medicamentos seguros y eficaces

Indígenas de distintas etnias participan en una marcha en Brasilia (Brasil), en una imagen de archivo. EFE/ Andre Borges

Madrid, 8 feb (EFE).- El factor étnico es imprescindible para desarrollar fármacos o tratamientos médicos seguros y eficaces, y un equipo de científicos iberoamericanos ha acreditado, tras hacer un estudio genético de más de 6.000 personas de poblaciones indígenas y mestizas de Iberoamérica y España, la diferente respuesta a los mismos medicamentos.

Convocados por la Red Iberoamericana de Farmacogenética y Farmacología, algunos de los científicos que han participado en la investigación han presentado hoy sus conclusiones en el Instituto Cultural de México en España, donde han incidido en la trascendencia de los tratamientos médicos personalizados, pero también en que su aplicación en las poblaciones latinoamericanas plantea muchos desafíos debido a la diversidad étnica y genética que caracteriza a esa región.

Durante varios años investigadores de numerosos países han analizado el ADN de más de 6.000 personas de diferentes poblaciones iberoamericanas, han cuestionado finalmente la adecuación de las dosis estandarizadas que se usan de forma global, y han elevado sus conclusiones -que se han plasmado en una «Declaración»- a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y al Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias Médicas.

Si no se atienden esos factores, ni la medicina personalizada ni la medicina de precisión redundará en beneficio de las poblaciones autóctonas de América Latina, han alertado los investigadores, y han advertido que uno de los principales problemas de esas poblaciones es la falta de conocimiento sobre sus especificidades en la respuesta a los fármacos.

Poblaciones indígenas, excluidas de los ensayos clínicos

Porque lo habitual es -mantienen- que los estudios sobre medicamentos se desarrollen en unas poblaciones y se apliquen en otras, y lo normal también es que se prueben en las sociedades más avanzadas, excluyendo de esa manera a las poblaciones indígenas.

En la cohorte utilizada para este estudio entraron residentes en distintas regiones iberoamericanas; de norteamérica (Monterrey, México DF y Chiapas), centroamérica (Costa Rica y Nicaragua), el Caribe (Cuba), la costa pacífica de Sudamérica (Colombia, Ecuador y Perú), la costa atlántica de Sudamérica (Argentina, Brasil y Uruguay), Portugal y España.

En el estudio se han implicado con importantes recursos humanos y económicos la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional y el Instituto de Investigación Biosanitaria (INUBE) de Extremadura, cuyo director, Adrián Llerena -catedrático de Farmacología de la Facultad de Medicina en la Universidad de Extremadura- ha subrayado la importancia de que los ensayos y estudios genéticos incluyan todas las variantes poblacionales.

En declaraciones a EFE, Llerena ha observado que desde el punto de vista ético «no tiene sentido administrar un medicamento que sabemos que no va a funcionar» en una etnia que puede tener una mutación genética y que ha sido probado sólo entre personas de una población, normalmente blanca.

El catedrático ha explicado que en España, por ejemplo, se hace un análisis genético para determinar el medicamento y la dosis que se aplicará a un paciente de cáncer, pero eso no se puede replicar en República Dominicana, donde la población es mayoritariamente negra, o en Brasil.

Para incidir en la relevancia de que los ensayos incluyan más etnias y muestras poblacionales, y de los estudios genéticos previos, responsables de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y de todas las agencias regulatorias iberoamericanas han conectado en el marco de estas jornadas que se celebran en Madrid y han coincidido en la importancia de impulsar cambios en la regulación de los ensayos y en las recomendaciones posteriores.

Medicamentos más eficaces, pero también más seguros

Los investigadores han valorado los resultados de este trabajo y el compromiso plasmado en la «declaración» que se ha presentado hoy en Madrid para evitar la brecha tecnológica en la medicina personalizada y acercar los avances a las poblaciones indígenas y mestizas, y han señalado que a la «marginación» económica y social se ha sumado históricamente la «marginación científica», ya que los estudios clínicos en los que se basan todos los medicamentos se hacen en otras poblaciones.

Así, mientras en Europa y los países más desarrollados se avanza hacia una medicina cada vez más individualizada y precisa, en las poblaciones indígenas o mestizas ni siquiera se dispone de información específica para realizar recomendaciones adaptadas a su perfil poblacional y étnico.

El doctor Enrique Terán, médico e investigador de la Universidad San Francisco de Quito (Ecuador), ha aseverado que las diferencias que existen desde el punto de vista genético «pueden marcar un impacto no sólo de la eficacia, también de la seguridad de los medicamentos», y ha subrayado que este trabajo ha concluido que la población nativa americana es completamente diferente a la población anglosajona y a la ibérica y todos los ensayos clínicos deben por lo tanto atender esa diferencia.

Latinoamérica «es sólo el primer paso»,  ha manifestado a EFE Terán, y ha incidido en que será necesario incluir en esas cohortes que se utilizan en los ensayos clínicos también las numerosas variaciones genéticas que existen en las poblaciones africanas o asiáticas; «la importancia radica en conocer las diferencias que existen desde el punto de vista genético, y en respetar eso en todo el proceso», desde el ensayo hasta el suministro de un medicamento o un tratamiento.