El fútbol como motor de cambio: LaLiga lleva ilusión al mayor suburbio de África oriental

Adolescentes de un colegio de Kibera (Nairobi, Kenia), el mayor suburbio de África oriental, disputan uno de los partidos de La Ligue D' Egalite - Kenia. En un improvisado campo de fútbol de arena en el patio de una escuela, delimitado a ojo por cal blanca recién aplicada, más de 400 chicas de entre 13 y 18 años defienden en una liga local los nombres de los equipos de la Segunda División española en una iniciativa de LaLiga en el barrio de Kibera.  EFE/Carlos Expósito

Nairobi, 5 jun (EFE).- «¡Tercer gol del Espanyol!», dice el locutor del partido que enfrenta al equipo catalán y al Leganés. Pero no juegan en Barcelona, ni tampoco lo hacen las estrellas de la Segunda División española; compiten en un colegio del mayor suburbio de África oriental y las protagonistas son adolescentes.

En un improvisado campo de fútbol de arena en el patio de una escuela, delimitado a ojo por cal blanca recién aplicada, más de 400 chicas de entre 13 y 18 años defienden en una liga local los nombres de los equipos de la Segunda División española en una iniciativa de LaLiga en el barrio de Kibera, en Nairobi.

Forma parte del proyecto 'La Ligue D'Égalité' ('La Liga de Igualdad'), que se estrenó hace tres años en Camerún para mejorar las oportunidades de niñas y adolescentes «a través de los valores del fútbol» y que ahora llega a Kenia con una duración estimada de unos seis meses.

«En Kibera, hay crimen y robos, la mayoría de ellos por estudiantes. Ir a entrenar me ayuda a evitar las malas compañías», asegura a EFE la joven Mary Khamala, que nació y se crió en el considerado como uno de los asentamientos informales más grandes de África.

«Soy la centrocampista, la número 6, me gusta tanto marcar goles como dar asistencias», afirma esta jugadora del Albacete. Pero no le gusta defender: «Es que soy muy bajita».

Soñar con llegar a lo más alto

Khamala quiere ser como Messi y sueña con jugar en España o en Brasil. «Cuando juego en esta liga y la gente me ve, intento ser la mejor porque tal vez algún día tenga una oportunidad», dice, aunque no es la única que piensa así.

Bilha Bosibori se quita los guantes de portera mientras revela que su sueño es jugar en el equipo femenino del Real Madrid.

Seguidora del Manchester United y de su exguardameta, el español David De Gea, la joven de 14 años, arquera del Espanyol, mantuvo invicto al equipo en el partido que inauguró la liga.

«Es como un muro, no le mete gol nadie», añade su compañera Monalisa Rael, que, tras explicar que esta competición les ayuda a exponerse al mundo, reconoció que anhelaba la posibilidad de algún día representar a su país en el equipo nacional.

Sin embargo, no todo se limita a llegar al punto más alto del fútbol, sino a reforzar el sentimiento de comunidad. «Para mí, el fútbol es un juego de amistad. Juego para entablar relaciones con otras personas», comenta Rael.

Ese sentimiento se hace evidente al finalizar el partido, cuando las jugadoras intercambian sus botas y medias con las de los equipos rivales que no tienen la equipación necesaria para jugar.

O cuando una jugadora le tiende la mano a otra para ayudarla a salir del barro que se ha generado en el campo por las numerosas pisadas.

Más allá del fútbol

El entrenador del Albacete en este torneo local, Laban Ouma, seguidor tanto del equipo homónimo de LaLiga Hypermotion como del recién ascendido Deportivo de La Coruña, reitera a EFE que el fútbol «no sólo es un juego que se practica en el campo».

«Creo que esta liga va a mantener a nuestras chicas a salvo de cosas como el acoso sexual. Cuando están en el campo evitan muchas cosas malas», asegura a EFE.

En este sentido, el director comercial de LaLiga para África y delegado en Tanzania, Ruanda y Burundi, Jorge Gazapo, explica que el proyecto se asocia mucho a la parte educativa.

«Se trata de ser capaces de explicarle a las niñas a través de talleres otras cosas como educación o higiene sexual», asevera.

El director de la ONG Inter Base League (IBL), Erick Juma, que ayuda a LaLiga y su Fundación en la organización del proyecto, sostiene que, en vista de que estaban «perdiendo» a tantos chicos y chicas «por culpa de la delincuencia y las drogas» en Kibera, se plantearon que quizás el deporte podía empezar a ser el remedio.

«Hemos cambiado muchas vidas, hemos transformado la comunidad de Kibera», confiesa Juma, emocionado, al explicar que han conseguido matricular a 22 niñas de la liga para que comiencen a ir a la escuela.

Jóvenes que, durante varios meses y en compañía de sus amigas y competidoras, tendrán la oportunidad de experimentar la sensación de ser las estrellas a las que tanto admiran.

Carlos Expósito

Adolescentes de un colegio de Kibera (Nairobi, Kenia), el mayor suburbio de África oriental, disputan uno de los partidos de La Ligue D' Egalite - Kenia. En un improvisado campo de fútbol de arena en el patio de una escuela, delimitado a ojo por cal blanca recién aplicada, más de 400 chicas de entre 13 y 18 años defienden en una liga local los nombres de los equipos de la Segunda División española en una iniciativa de LaLiga en el barrio de Kibera. EFE/Carlos Expósito
Adolescentes de un colegio de Kibera (Nairobi, Kenia), el mayor suburbio de África oriental, disputan uno de los partidos de La Ligue D' Egalite - Kenia. En un improvisado campo de fútbol de arena en el patio de una escuela, delimitado a ojo por cal blanca recién aplicada, más de 400 chicas de entre 13 y 18 años defienden en una liga local los nombres de los equipos de la Segunda División española en una iniciativa de LaLiga en el barrio de Kibera. EFE/Carlos Expósito