Getafe (Madrid), 27 abr (EFE).- Las dos derrotas consecutivas frente al Mallorca y Almería, dos rivales directos por la permanencia, han dejado tocado al Getafe, que se mete en un lío a falta de siete jornadas para acabar el campeonato y antes de visitar al Espanyol, ante el que no pueden fallar para no hundirse en la clasificación.
El equipo madrileño, que lleva cinco partidos sin ganar y solo ha sumado dos puntos de los últimos quince en juego, vive una delicada situación en el momento clave de la temporada, en el que se está jugando la permanencia.
El Getafe tiene por delante un calendario exigente y aún tiene que enfrentarse a rivales que también se están jugando la permanencia y sus opciones europeas. Como visitante jugará ante Espanyol, Real Madrid, Betis y Valladolid, mientras que en el Coliseum recibirá al Celta de Vigo, Elche y Osasuna.
La derrota frente al Almería, en la que se escucharon cánticos en contra del entrenador Quique Sánchez Flores y hubo pitos desde la grada, provocaron la crítica pública de uno de los capitanes del vestuario, David Soria.
«No estamos teniendo ni la mentalidad ni los huevos para cambiar la situación. Cualquier detalle negativo nos hace mucho daño. Hemos empezado bien, pero hemos encajado un gol. No pasa nada, esto es fútbol, puedes encajar goles. Pero hay que dar más. Tenemos que tener mucha más sangre. Todos. No se puede excluir nadie. Nos estamos jugando la comida de nuestras familias y hay algunos que parece que pasan un poco», dijo Soria en DAZN.
Esa crítica del portero resume el momento convulso que se vive en el Getafe, que necesita urgentemente una reacción para no revivir los fantasmas del pasado, como los de la temporada 2015/2016, cuando se acabó descendiendo a Segunda.
Uno de los señalados es Quique Sánchez Flores, que no rehuye la presión aunque de forma sutil sí muestra su malestar con las críticas hacía su trabajo.
«Yo siento que tengo una entrega a este club superior a la que puedo. No habrá devolución posible a la entrega absoluta que yo tengo por este club desde la temporada pasada. Dedico muchísimo tiempo. Hemos jugado ochocientos mil partidos en situaciones adversas. Me estoy entregando al máximo y esta temporada me dejará mella en el cuerpo. No es normal la de emociones que estamos viviendo. Entramos en octubre cuando el equipo agonizaba y lo mantuvimos en Primera. Lo hacemos con todo el cariño del mundo, aunque no me lo devuelvan», comentó en la última conferencia de prensa.
El Getafe tiene por delante siete finales hasta concluir el campeonato. La próxima, en solo tres días, frente al Espanyol.