Caracas, 24 jun (EFE).- La Segunda Marquetalia -disidencia de las FARC integrada por exguerrilleros que abandonaron el acuerdo de 2016- espera que, con el proceso de diálogo de paz que inició este lunes en Caracas con el Gobierno de Colombia, pueda contar con garantías que le permitan «continuar haciendo política, sin armas», en el país andino.
«Todo proceso de paz tiene el propósito de propiciar las condiciones para que, quienes estamos alzados en armas, contemos con las garantías de continuar en nuestra brega por los cambios por los que hemos luchado a lo largo de nuestras vidas», dijo el jefe negociador de la delegación de la Segunda Marquetalia, Walter Mendoza.
En este sentido, sostuvo que el grupo quiere «tener la posibilidad» de hacer «política sin armas», por lo que «cumplir con lo acordado será la condición».
Mendoza, un histórico jefe de las FARC que participó en la creación de las columnas móviles de esa guerrilla, señaló que la Segunda Marquetalia espera llegar a un acuerdo de paz «sin entrampamiento alguno», y que lo suscrito «se cumpla íntegramente por el Estado en su conjunto».
Aseguró que es de «amplio conocimiento que ha sido práctica del Estado colombiano que lo que ha acordado en negociaciones con las guerrillas» quede «enredado en el berenjenal de normas, en la maraña institucional, en la precariedad de la gestión gubernamental, atrapado por los sistemas de corrupción».
«Muchos de nosotros venimos de la experiencia de un acuerdo de paz incumplido por el Estado, como lo ha reconocido el propio presidente (colombiano), Gustavo Petro», dijo.
Por tanto, señaló que superar esta situación «está en manos del Estado y de toda su institucionalidad y, en particular, del actual Gobierno».
A juicio de la delegación, la situación actual demanda la «búsqueda de salidas que permitan consolidar la perspectiva de la solución política, a fin de transitar hacia un proceso cierto de construcción de paz».
Por otra parte, indicó que la Segunda Marquetalia «asume, en su integridad, los derechos de las víctimas del conflicto», y, como «nueva organización armada rebelde», responderá «por los hechos ocurridos después» de su surgimiento, en agosto de 2019.
El propósito del grupo, agregó, es «construir y desarrollar una política» que «contribuya a superar las limitaciones actuales» y en la que las víctimas del conflicto «sean concebidas como sujetos sociales transformadores, considerando, de manera especial, a las mujeres y la juventud».
Previamente, ambas delegaciones anunciaron que, en este primer ciclo de negociaciones, que finalizará el próximo sábado, tienen previsto «definir los protocolos de la negociación y anunciar las primeras decisiones sobre medidas» para «contribuir a avanzar en el desescalamiento del conflicto».
El diálogo se retoma después de que se aprobara la ‘Ley de paz total’ en la nación andina, que pretende permitir la renegociación a quienes se salieron del acuerdo.
Por parte del Gobierno colombiano, los diálogos los va a dirigir el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Armando Novoa, quien participó en la Constituyente de 1991.