Julián Negro
Vitoria, 25 mar (EFE).- El PP afronta las elecciones del 21 de abril con la vista puesta en que el PNV y el PSE-EE no sumen mayoría absoluta y en lograr un buen resultado para poder influir en la gobernabilidad en Euskadi en los próximos cuatro años.
Los populares tienen la esperanza en estos comicios de revertir la tendencia descendente de votos que sufren desde que la política vasca se adentró en una relativa dinámica moderada, con un PNV centrado en desarrollar una política posibilista tras los años convulsos del mandato de Ibarretxe y con el fin del terrorismo de ETA en 2011.
Uno de los objetivos del PP será recuperar votantes tradicionales suyos que se fueron al PNV de Iñigo Urkullu, algo que puede resultar difícil en una campaña que va a estar polarizada como nunca entre los 'jeltzales' y EH Bildu. La coalición abertzale se acerca, como apuntan las encuestas, a ganar en las urnas por primera vez en la historia de unas autonómicas.
Para recuperar aliento electoral, ya que el PP en los anteriores comicios en coalición con Ciudadanos sacó con 60.650 votos y 6 escaños, el peor resultado desde que concurre con estas siglas en 1990, también espera aglutinar el voto del centro derecha y arrebatar parte de los 17.000 apoyos que obtuvo Vox hace cuatro años.
Ya no concurre con Cs
Ahora afrontará las elecciones en solitario, después de la ruptura con Ciudadanos en octubre de 2021 que llevó a que uno de los dos parlamentarios de la formación naranja se afiliara al PP. Su mensaje es que son la única alternativa a lo que denomina sanchismo, en el que agrupan a PNV, PSE-EE, EH Bildu, Podemos y Sumar.
Es previsible que buena parte de la campaña electoral de los populares esté influenciada por el bronco ambiente político existente en España y que pretendan rentabilizar su crítica a cuestiones como la ley de amnistía o el caso Koldo, por ejemplo.
Al frente de esa labor para revertir la tendencia descendente han situado a Javier de Andrés, un político con experiencia, sobre todo en Álava, donde ganó como cabeza de lista las elecciones forales en 2007, 2011 y 2015, pero que solo llegó a ser diputado general en la segunda ocasión ya que en las otras los pactos le apartaron del poder.
El hasta ahora diputado en el Congreso y presidente del PP en Euskadi también ocupó este puesto en Álava y fue delegado del Gobierno en el País Vasco entre 2016 y 2018.
De Andrés es consciente de en los comicios su objetivo será lograr un buen resultado que le permita influir en la política vasca que, como él dice, «se ha escorado mucho hacia Bildu».
Posible apoyo a la coalición PNV-PSE
Por eso, aunque tampoco se fía de que el PNV si no necesita a los socialistas se acerque a Bildu, no ha descartado apoyar la reedición de un gobierno entre nacionalistas y socialistas no solo para que no gobierne la coalición soberanista, sino para que «no gobierne su proyecto».
Algo así es lo que hizo el PP vasco, todavía dirigido por Carlos Iturgaiz, tras las elecciones municipales y forales cuando facilitó la gobernabilidad del Ayuntamiento de Vitoria, al PSE-EE, y la Diputación de Gipuzkoa, al PNV, para que no lo hiciese EH Bildu, formación que ganó en ambos sitios.
Este apoyo 'gratis et amore', como dijo Iturgaiz, fue una excepción en una legislatura marcada por una oposición férrea al Gobierno Vasco.
Para la próxima habrá que esperar a ver qué pasa con los partidos mayoritarios y el papel que pueden jugar los parlamentarios populares, si son 6 como ahora y vaticinan algunas encuestas, otras le dan un escaño más, aunque desde el partido se sostiene tradicionalmente que en las urnas siempre consiguen más que en los sondeos.