Madrid, 30 jun (EFE).- Cada persona «traga sin saberlo» una media semanal de microplásticos equivalente a una tarjeta de crédito, ha asegurado, en una entrevista con EFE, el joven químico irlandés Fionn Ferreira que, con solo 22 años, ha desarrollado una solución innovadora para eliminar este tipo de partículas contaminantes.
Esta propuesta le ha permitido convertirse en finalista en la categoría Joven en la XVII edición de los Premios al Inventor Europeo 2023 de la Oficina Europea de Patentes (OEP) que se decidirán en Valencia el próximo 4 de julio.
De acuerdo con los datos facilitados por la Organización de las Naciones Unidas, los mares y océanos albergan ya más de 51 billones de partículas microplásticas, por lo que se trata de «un problema de primer orden» en un mundo que consume «un millón de botellas de plástico cada minuto y hasta cinco billones de bolsas de un solo uso anualmente».
Estas partículas amenazan no sólo a los ecosistemas marinos, sino a la propia salud humana, a través del consumo de «mariscos y pescados en cuyos tejidos se ha encontrado estos contaminantes» que también aparecen «al beber agua potable o respirar aire» según Ferreira, quien ha confesado el «impacto personal» que le produjo esta «alarmante estadística».
La búsqueda de soluciones para este problema, ha rememorado Ferreira, se remonta a su infancia en Cork, en la costa suroeste de Irlanda, donde cada día contemplaba «la contaminación por objetos o envoltorios de plástico y sus implicaciones para el medioambiente local» ya que, al fragmentarse en micro e incluso nano partículas, se convierten en un elemento «nocivo para la salud de todos los organismos que las ingieren».
Su respuesta personal a «uno de los retos ecológicos más acuciantes del mundo» es la invención de una sustancia única a nivel mundial, denominada ferrofluido, que define como «un líquido reutilizable que atrae los plásticos del agua y los recolecta mediante imanes» para, posteriormente «permitir la separación del compuesto y la basura marina».
La tecnología ha sido desarrollada mediante la colaboración con varios ingenieros y científicos que han apostado por «la innovación en métodos de captura y supresión de microplásticos de diversas fuentes» y con instituciones de investigación, organizaciones medioambientales y entidades inversoras que han permitido «la validación de estas técnicas en escenarios reales a través de ensayos exhaustivos».
Los resultados obtenidos hasta el momento son «prometedores» con «un 87 % de extracción de microplásticos en casi todas las pruebas», por lo que según ha explicado a EFE aún existe margen de mejora tanto en términos de ampliación tecnológica como de optimización de la eficiencia y recursos de financiación.
En paralelo, promueve otras opciones para mitigar la proliferación de plásticos convencionales como la adopción de materiales biodegradables o compostables, «diseñados para descomponerse más fácilmente en el medioambiente».
Rebajar la persistencia de los residuos plásticos y el riesgo potencial de su fraccionamiento mediante prácticas más sostenibles permitirá «dar un paso significativo hacia la disminución del daño de los microplásticos sobre los ecosistemas y la salud humana a largo plazo», ha insistido.
Si no se lograra revertir el ritmo actual de vertido, para 2040 los volúmenes de plástico -que ya constituye el 85 % de los residuos que llegan a los océanos- casi se triplicarán, con una cantidad anual de «entre 23 y 37 millones de toneladas», según la ONU.