Madrid, 6 feb (EFE).- La Fundación Canal reúne en ‘Surrealismos. La era de la máquina’ una colección de documentos, obras de arte y objetos de Man Ray, Picabia, Duchamp y otros artistas, que recrean el surgimiento del surrealismo y su fascinación por las máquinas y el desnudo.
«La presencia de la máquina como motivo artístico es algo que aparece en el siglo XX y todavía no ha desaparecido de nuestra vida», señala la comisaria Pilar Parcerisas.
La muestra, que ofrece pistas para entender el arte contemporáneo actual, se podrá ver en Madrid desde mañana 7 de febrero hasta el 21 de abril, reúne cerca de 125 obras de artistas como Alfred Stieglitz, Man Ray, Francis Picabia, y Marcel Duchamp.
La muestra rastrea el viaje de los dos últimos, desde una Europa devastada por la Primera Guerra Mundial, al prometedor Nueva York de los años 20, donde Alfred Stieglitz había impulsado el reconocimiento de la fotografía como forma de arte.
El mundo del arte vive una necesidad de ruptura, de «dejar atrás el pincel», explica Parcerisas. Picabia, Ray y Duchamp, reflejan la transformación de la época, que transgredieron los límites del arte tradicional y experimentaron con la tecnología de su tiempo.
‘Surrealismos. La era de la máquina’, que coincide con el centenario del primer Manifiesto del surrealismo de Andrés Bretón, cuenta con cuatro ejes temáticos: ‘El nuevo mundo y la fotografía pura’, ‘Del desnudo artístico al cuerpo como máquina’, ‘De la abstracción a la máquina’ y ‘Eros y máquinas’.
La sala más significativa es la dedicada al desnudo, que incluye piezas como ‘A la hora del observatorio – Los Amantes’ (1934) de Man Ray, una selección de escenas de cuerpos femeninos y una copia de su famoso ‘Violín de Ingres’ (1924).
«El surrealismo descubre el cuerpo como máquina, que elabora sueños, que genera el deseo erótico y desvela la fuerza del inconsciente y la irracionalidad como fuerza creativa», resume la comisaria.
Una pieza de Dalí, autor del concepto arte como «máquina del pensamiento», muestra un retrato de un busto femenino similar a un robot y sus pechos ocultan una serie de postales que se despliegan.
Entre los objetos reunidos se pueden ver varios artefactos. Entre los más curiosos, se encuentran ‘Rotoreliefs’, una serie de círculos de colores en plataformas giratorias ideado por Duchamp, o ‘La Fortuna II’, una pequeña ruleta de la fortuna ideada por Man Ray.
La sala final está dedicada a Duchamp y a una de sus piezas más importantes, que el mismo definía como «máquina célibe»: ‘Le Grand Verre / La mariée misé à nu par ses célibataires, même’ (El gran vidrio / La novia desnuda por sus solteros).