
Bogotá, 21 mar (EFE).- El Teatro Colón de Bogotá retiró sus sillas para convertirse durante cuatro días en una playa en la que sus asistentes reflexionan sobre la crisis climática, el turismo depredador y otros problemas sociales en la obra 'Sun & Sea', la ópera-performance que ganó el León de Oro en la Bienal de Arte de Venecia en 2019.
El telón nunca se levanta y el lugar que ocupan las sillas está lleno de arena. Allí empiezan a llegar decenas de personas, algunas con perros incluso, para pasar un día de playa, mientras el público observa desde los palcos lo que está sucediendo.
Algunos actores comienzan a cantar canciones -escritas originalmente en lituano, pero que luego fueron traducidas al inglés para la circulación internacional de esta obra que ha sido presentada en América, Europa y Asia- y con la música comienzan a hacer reflexiones profundas sobre problemas sociales.
Esta ópera-performance, creada por las artistas lituanas Rugilė Barzdžiukaitė (dirección), Vaiva Grainytė (dramaturgia) y Lina Lapelytė (composición), es presentada a partir de este viernes y hasta el lunes próximo como parte de las celebraciones del segundo aniversario del Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella y la apertura del Festival NO Convencional.
«La playa nunca es la misma»

La dramaturga Vaiva Grainyté asegura a EFE que «la playa nunca es la misma», pues siempre invitan «a gente local a unirse a la playa, voluntarios que no cantan» y agregan «hábitos locales» a la obra.
La propuesta de 'Sun & Sea' les ha permitido a ella, Barzdžiukaitė y Lapelytė desarrollar un «triángulo perfecto» que combina los talentos de las tres: la escritura, la música y lo visual.
«Eso es inusual porque en la ópera tradicional tienes una gran narrativa, algún rey, alguna trama, algunas muertes, y aquí tenemos situaciones del diario vivir, pero si escuchas con cuidado hablamos sobre la crisis climática, cuestiones filosóficas profundas que tenemos y, por supuesto, un ángulo distinto porque la playa se ve desde la perspectiva del sol», detalla Grainyté.
La dramaturga explica que para hablar de todos estos asuntos utilizaron la playa porque «es el lugar donde sientes la temperatura, el calor, se puede inundar, entonces puedes crear esta situación donde la gente puede vivir su vida diaria, pero puedes sentir al mismo tiempo la catástrofe en el aire».
«Se me ocurrió la idea de contarlo de una forma mundana, con historias de la vida diaria, con historias ordinarias de alguien que está exhausto, por ejemplo», agrega.
Aporte del Coro Nacional de Colombia

Para las presentaciones en Bogotá, la obra, traída al país por la agencia cultural Nova et Vetera y el Ministerio de las Culturas, contará con la participación del Coro Nacional de Colombia como parte del elenco.
El director del Coro para esta obra, el español Daniel Monteagudo, afirma a EFE que «busca innovar» y plantea «nuevos formatos que acerquen al público» de «una forma que nadie se ha acercado», pues estimula «los pensamientos e invita a la reflexión».
«Ver un teatro haciendo obras de este tipo es permitir el progreso y replantear, pues los teatros siempre deben servir para esto. Que hayan cambiado los formatos no cambia la utilidad, que es mostrar una función que invite, como lo decía, a la reflexión», agrega el español.
Monteagudo cuenta que el Coro, desde dentro, no observa al público y que ellos son los observados.
«Entonces llega a un punto en el que te abstraes, entras en esa playa ficticia que no tiene fin, cuyo mar no podemos ver y en donde no nos podemos bañar, y donde todas las historias y todos, de alguna forma, somos el reflejo de quienes nos observan. Desde dentro siempre hay la sensación de que hay alguien observándonos que se identifica, ya sea con nuestra historia o con nuestra forma de actuar en la playa», concluye.
Jorge Gil Ángel