El ‘topo’ de casi dos metros y otros 198 represaliados, homenajeados en Valladolid

El caso del médico leonés Emilio Pedrero, torturado y fusilado en 1938 en Valladolid tras pasar un año oculto como 'topo' en una vivienda, es paradigmático sobre cómo un rasgo físico como medir casi dos metros (1,93) es clave a la hora de identificar los restos mortales de las personas que fueron sepultadas en fosas comunes durante la guerra civil y la dictadura, de las que 199 recibirán un homenaje el próximo 14 de abril. EFE/ Nacho Gallego

Valladolid, 21 mar (EFE).- El caso del médico leonés Emilio Pedrero, torturado y fusilado en 1938 en Valladolid tras pasar un año oculto como 'topo' en una vivienda, es paradigmático sobre cómo un rasgo físico como medir casi dos metros (1,93) es clave a la hora de identificar los restos mortales de las personas que fueron sepultadas en fosas comunes durante la guerra civil y la dictadura, de las que 199 recibirán un homenaje el próximo 14 de abril.

Será en el Cementerio del Carmen de la capital vallisoletana, donde familiares de Emilio Pedrero recibirán una caja con los restos óseos identificados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid, que ha conseguido determinar la identidad de diez de los 199 cuerpos hallados en cuatro excavaciones desarrolladas en los últimos años, dos en Medina del Campo (63 personas) y otras dos en el propio cementerio vallisoletano (136 personas).

En el caso de Emilio Pedrero, sus restos serán trasladados a León por deseo de su familia, mientras que otras dos cajas reclamadas por sus familiares irán al municipio vallisoletano de Renedo de Esgueva, en el caso del exalcalde Casimiro Maestro.

Y en la localidad vizcaína de Arrankudiaga-Zollo reposará finalmente el militar Ángel Egaña Mendivil, teniente del Ejército Vasco fusilado también en 1938 por su oposición a la toma de Bilbao y por el asesinato de un capitán del Ejército sublevado, según ha explicado a EFE el presidente de la ARMH de Valladolid y arqueólogo, Julio Del Olmo.

La «singular» estatura de Pedrero fue clave para que, una vez que abandonó el escondite en el que se encontraba y que le causó daños psicológicos «tremendos», en palabras de Del Olmo, el bando sublevado le identificara y apelara a su militancia en la CNT como argumento para detenerlo y fusilarlo en junio de 1938, después de que un año antes hubiera participado en la resistencia contra el alzamiento en la Casa del Pueblo de Valladolid.

«Es como si ahora ves a un hombre de 2,20 de estatura», ha remarcado el arqueólogo sobre el rasgo que determinó su localización por parte de los militares y también ahora, décadas después de muerto, su identificación en la fosa común del Cementerio del Carmen.

La mayoría, inhumados en el Memorial

El caso del médico leonés Emilio Pedrero, torturado y fusilado en 1938 en Valladolid tras pasar un año oculto como 'topo' en una vivienda, es paradigmático sobre cómo un rasgo físico como medir casi dos metros (1,93) es clave a la hora de identificar los restos mortales de las personas que fueron sepultadas en fosas comunes durante la guerra civil y la dictadura, de las que 199 recibirán un homenaje el próximo 14 de abril. EFE/ Nacho Gallego

En el caso del resto de cuerpos, que serán inhumados en el Memorial levantado en el Cementerio del Carmen, la ARMH tiene constancia de su identidad dentro de los grupos de personas represaliadas, sin ser posible por falta de recursos económicos la identificación particularizada por ADN -con un coste de 1.000 euros si se acomete en laboratorios privados-, ante lo que Del Olmo ha reivindicado la posibilidad de que los laboratorios dependientes de entidades públicas puedan acometer estas identificaciones.

Por este motivo, los promotores disponen del nombre de la mayoría de las personas represaliadas porque aparecen en los registros de la época en las órdenes de enterramiento y se identifican por la forma en que aparecen en las fosas comunes, en diferentes capas a medida que eran arrojados allí, sin que sea posible distinguir entre unos y otros restos en la mayoría de los casos.

El acto del próximo 14 de abril está concebido como la inhumación oficial de estos represaliados, después de que en 2020 ya fueran objeto de homenaje tras completar los trabajos de recuperación de los restos, mientras que ahora se procederá a entregar las tres mencionadas cajas a las familias que lo han solicitado y a mantener unidos los cuerpos del resto, también por deseo de los familiares.

 «Son fosas comunes donde les asesinaron juntos, estuvieron enterrados juntos y las familias normalmente no quieren trasladarlos a otros sitios», ha argumentado Del Olmo, quien sin embargo ha añadido que en la asociación respeta la voluntad de las familias que optan por inhumar los restos junto a otros familiares.

La ARMH ha enviado invitaciones para el acto del 14 de abril al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; al alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero; y al presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, entre otras autoridades y representantes institucionales.