Toledo, 13 sep (EFE).- A punto de cumplir 50 años, y después de conseguir su primera medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de París 2024, el triatleta Dani Molina cuenta a EFE que trata de disfrutar el momento sin perder de vista su próxima participación en el Campeonato de Europeo de Triatlón en Vichy (Francia).
El deportista de Guadalajara, cinco veces campeón mundial y seis veces campeón de Europa, ha redondeado su impresionante palmarés con la medalla de oro en triatlón en los Juegos de este verano, objetivo que «tenía muy claro», veinte años después de su participación como nadador en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
«Recuerdo que cuando fui a Atenas me valía con disfrutarlo, sabía que al final mis posibilidades de medalla eran remotas» sin embargo, esta vez el enfoque ha sido diferente, y «tenía muy claro que íbamos a intentar ganar este oro» al llegar como favorito a la prueba, tal y como ha indicado a EFE en una entrevista.
«Habíamos entrenado muy bien, habíamos obtenido muy buenos resultados hasta ahora», por lo que al final, él mismo reconoce que se sentía como el mejor posicionado para alzarse con el oro en los Juegos de París, a pesar de ser una prueba «totalmente diferente a cualquier otro campeonato».
De igual manera, admite que la planificación de la temporada ha estado enfocada al «cien por cien» para ganar en París. Para ello, Molina, junto a su entrenador, ha practicado «transiciones rápidas» y se ha dedicado a «correr muy rápido» en las pruebas de carrera y natación, ya que sabía que en bicicleta podía perder «entre 40 y 50 segundos» y había que «recortar esa ventaja lo antes posible».
En una imagen ya icónica del deporte español, Molina entró a meta mientras alzaba una bandera de España, algo que según ha admitido, fue espontáneo y le sirvió para descargar la «rabia guardada desde muchísimos años atrás».
«Estuve viendo como otros deportistas iban a los Juegos mientras yo me quedaba en casa. Lo que yo hice fue disfrutar de ese momento, sabía que llevaba mucha ventaja, podía aprovecharlo y vivirlo de una forma más intensa. Creo que es un momento único el ser campeón olímpico», ha afirmado a EFE en relación a su momento de entrada a meta.
Y es que Molina es todo un ejemplo de superación. En el año 1997, un accidente de moto casi le cuesta la vida y, aunque logró sobreponerse, perdió la pierna derecha por debajo de la rodilla. Tras un total de 14 operaciones y un año de recuperación para volver a caminar, decidió volcarse en el deporte. Solo un año y medio después de comenzar a preparase como atleta se proclamó campeón del mundo de acuatlón y subcampeón del mundo de triatlón.
Desde su paso por línea de meta, ha reconocido que no ha parado de llorar, fruto de la emoción, y ha agradecido el aluvión de llamadas, mensajes de felicitación y la atención recibida por parte de los medios de comunicación y las redes sociales, y, aunque a veces se ha sentido «algo saturado» al ser algo nuevo para él, ha admitido que es algo que va implícito al ganar una medalla olímpica.
Vista puesta en el futuro
Casi sin tiempo para celebrar, el triatleta pone ya el foco en su siguiente objetivo, el Campeonato de Europeo de Triatlón en Vichy, donde podría conseguir su séptima medalla europea. Y, aunque pueda parecer «una prueba menor» después de un oro en los Juegos Olímpicos, Molina ha afirmado que va «con toda la intención de ganar» y redondear así un año histórico para él.
Por otro lado, ha reconocido que le encantaría y que su intención es «intentar llegar» a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, pero admite ser «consciente» de que llegaría a la cita con casi 54 años y que solo lo haría si de verdad se ve preparado para revalidar medalla, ya que de lo contrario pensaría en la retirada y en «dejar paso» a otro atleta para que ocupe su lugar.
«No quiero terminar mi carrera deportiva compitiendo y quedando de los últimos. Quiero terminar mi carrera deportiva siendo lo que he sido siempre, un luchador, un deportista que quiere siempre quiere ganar y estar ahí arriba», ha afirmado.
Pedro Martín