Nueva Delhi, 26 abr (EFE).- Siempre elogiadas por el ganador pero señaladas por el derrotado, la fiabilidad de las máquinas de votación electrónica vuelve a centrar el debate durante las elecciones generales en curso en la India, donde los elogios por su velocidad contrastan con las críticas sobre su vulnerabilidad al fraude.
La India está inmersa en un maratón electoral desde el pasado 19 de abril, cuando comenzó la primera de las siete fases de las generales, que continua este viernes con la fase 2, y en las que están llamados a votar 968 millones de personas.
Para ayudar en esta titánica tarea, la Comisión Electoral de la India ha desplegado unas 5,5 millones de máquinas que durante las seis próximas semanas registrarán y contarán electrónicamente cada uno de los votos emitidos.
Estas elecciones, en las que el primer ministro Narendra Modi parte como el favorito para hacerse con un tercer mandato consecutivo, marcan el 20 aniversario desde los primeros comicios en los que se emplearon estos dispositivos.
Las máquinas de votación electrónica fueron introducidas por primera vez con carácter piloto en 1982 en el estado sureño de Kerala, e hicieron su debut en unas elecciones generales en 2004.
Pero desde entonces, se han convertido en el chivo expiatorio de la oposición y las favoritas de los ganadores de las elecciones, independientemente de los partidos o afiliaciones políticas.
Así sucedió con el Bharatiya Janata Party (BJP) de Modi, que mientras permaneció en la oposición, hasta 2014, insistió en examinar la posible vulnerabilidad de las máquinas a la manipulación y llegó a proponer el retorno al voto en papel hasta que existieran garantías sobre la integridad infalible de esta tecnología.
Por contra, el entonces gobierno del partido del Congreso de la India (INC) defendió con vehemencia las máquinas y refutó las acusaciones.
Se invierten los papeles
Todo cambió en 2014 con la llegada al poder del BJP, cuando se invirtieron los papeles. Ahora, es el partido del Congreso el que expresa su preocupación por su confiabilidad, mientras que el Gobierno defiende la tecnología de votación.
Entre las principales quejas del INC se encuentran las discrepancias entre el número de votantes y los votos registrados, dijo a EFE el portavoz del partido opositor, Supriya Shrinate, que indicó que los votantes «sienten que votan a favor de un partido y el voto se registra para otro».
Mientras que ahora es Modi quien desestima sus preocupaciones y las califica como una táctica de distracción para explicar su inminente derrota.
¿Cómo funciona?
Estas máquinas constan de tres unidades: una de votación, otra de control que supervisar la integridad de la votación y una última de seguimiento en papel verificable por los votantes.
Para votar, los votantes presionan los botones azules correspondientes al número de serie, nombre y símbolo del candidato, con la opción de «ninguno de los anteriores», tras lo que se genera un comprobante en papel que es visible para el votante durante unos siete segundos, antes de que sea almacenado en una urna sellada.
Según el organismo electoral, las máquinas electorales funcionan sin Internet ni conexión por cable y utilizan un chip que solo se puede programar en una ocasión para evitar su manipulación.
Aún así, la comisión electoral verifica cinco máquinas en cada una de las 543 circunscripciones electorales de la India para comprobar que no haya errores en el recuento.
Discrepancias
Este porcentaje de revisiones es uno de los puntos más cuestionados por sus críticos, que piden que se verifique el 100 % de los votos.
“Si los comprobantes en papel se cuentan al 100 % (…) no hay lugar a sospechas en lo que respecta al destino de la papeleta. Y creo que eso es lo que queremos que haga la comisión (electoral)”, dijo a EFE Shrinate.
La Asociación para las Reformas Democráticas (ADR), una organización sin fines de lucro que trabaja en reformas políticas, ha solicitado al Tribunal Supremo que exija la verificación en papel de todos los votos emitidos.
Además, el Supremo solicitó a la comisión electoral detalles sobre las máquinas electorales un día antes del inicio de las elecciones.
Pero el regulador electoral se ha opuesto a esta medida, calificándola de «regresiva» y citando que requiere mucho tiempo, similar a volver al antiguo sistema de votación en papel.
«No decimos que haya juego sucio, pero (…) cualquier máquina se puede programar», dijo a EFE el director de ADR, Anil Verma.
“La gente está preocupada. Entonces, ¿por qué no puede haber más transparencia?”, sentenció.
Ujwala P