¿En qué consiste la dentera?

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La tiza que chirría en la pizarra, un tenedor arañando un plato o una cazuela, la puerta oxidada de nuestra típica casa del pueblo que al abrirla chirría,…. ¿Qué es la dentera? Todos estos sonidos tienen algo en común; son penetrantes, molestos y a casi todos nos provocan una reacción física involuntaria y automática muy desagradable, una especie de escalofrío y una extraña sensación en nuestros dientes y encías, acompañado de una necesidad inmediata de que el sonido pare.

Seguramente ahora  mismo te estarás preguntando… ¿por qué nos produce dentera algunos de estos sonidos?

La dentera es una reacción desagradable y de rechazo que sufrimos de forma involuntaria. En cuanto la sentimos, no podemos evitar cerrar los ojos, nuestra piel se pone de gallina, los músculos se tensan y nos entran ganas de escapar de la fuente emisora de esa sensación.

Pero, ¿qué es realmente la dentera?

La dentera es un acto reflejo innato.  Por tanto, no hay personas con mayor tendencia a sentirla. No obstante, hay personas que somos más sensibles y por tanto, somos capaces de percibir mejor los sonidos u otros estímulos sensoriales. No es una reacción universal, pues aunque hay acciones que nos producen denteradentera a muchos de nosotros, no a todos nos da con las mismas cosas. Por ejemplo, cuando arañamos un globo, se produce un sonido chirriante. Hay personas a las que les produce dentera y otras a las que no.

No hay ninguna teoría sólida sobre el origen biológico de la dentera. Sin embargo, está regulada por una parte del sistema nervioso llamada autónoma o vegetativa, que controla nuestras reacciones involuntarias como respirar. Además, se ve influido por la situación en la que nos encontramos. El Doctor Moltó explicó que no es lo mismo sentirla cuando estamos tranquilos, que en situaciones de estrés elevado, donde prácticamente no notaremos sus efectos.

¿Y cuál es la causa por la que se produce?

Aparece con determinados sonidos que consideramos desagradables como el sonido de una silla arrastrándose, aunque también es capaz de producirse al recordar la sensación que nos produce. Aunque hay pocos estudios sobre la dentera, algunos expertos asocian los efectos de tensión, rechazo y huida provocados por la dentera con nuestros ancestros, pues los humanos y los monos actuamos igual ante el peligro. Los animales generalmente lanzan sonidos estridentes y de alta frecuencia como señal de peligro.

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Nuestro oído es capaz de escuchar sonidos con frecuencias que van desde los 20 hasta los 20.000 Hertzios. Sin embargo, a partir de cierta frecuencia e intensidad, los sonidos resultan dolorosos por la elevada oscilación de las ondas por segundo y el cerebro nos manda la señal de huir. Por esta razón, los sonidos agudos producen dentera y son realmente molestos.

Los humanos descendemos del mono y como tal, aún nos quedan ciertas reminiscencias como la dentera.