España afea a Francia que reabriera el acuerdo de renovables, como Alemania con los coches

La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, atiende a los medios a su llegada al consejo de ministros de Energía en Luxemburgo, este lunes. EFE/Javier Albisu

Luxemburgo, 19 jun (EFE).- La vicepresidenta española Teresa Ribera afeó hoy a Francia que reabriera el acuerdo sobre energías renovables para conseguir concesiones, en una maniobra similar a la que hizo Alemania poco antes para dar esperanza a los motores de combustión y los combustibles sintéticos a partir de 2035.

«La Directiva de Energías Renovables estaba cerrada y había un acuerdo hace tres meses y me parece que deberíamos incorporar como buena práctica el respeto a los acuerdos alcanzados y no reabrir de nuevo estos asuntos», dijo la también titular española para la Transición Ecológica a su llegada a un consejo de ministros de Energía de la UE.

Ribera hizo referencia así al movimiento de Francia para renegociar el pacto político alcanzado entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo en marzo sobre el objetivo de consumo de energía renovable en 2030, que se ha elevado de una meta del 32 % al 42,5 %, partiendo de un consumo actual de en torno al 20 % en el conjunto de la UE.

Ese texto, como casi cada expediente sobre energía tramitado en los últimos años, escondía también un debate sobre el papel de la controvertida energía nuclear en la descarbonización, con Francia como líder de un bloque de países que defiende la energía atómica frente al grupo de Alemania y España.

El acuerdo se acabó volviendo a pactar el viernes pasado en una reunión de embajadores ante la UE, aunque aún tendrá que ratificarlo en el Parlamento Europeo, incluidos los cambios de última hora.

Francia consiguió que el acuerdo final incluyera una declaración de la Comisión Europea reconociendo la importancia de la energía nuclear en la descarbonización.

El texto exige objetivos de renovables para el transporte, la calefacción y la industria y Francia obtuvo flexibilidad para el sector francés del amoníaco en la transición hacia el hidrógeno verde (producido a partir de electricidad de origen renovable) en favor del rosa (a partir de electricidad de origen nuclear).

«Creo que es importante poder cerrar este acuerdo cuanto antes. Como digo, no es la manera en la que nosotros consideremos que debamos seguir trabajando. Lo vimos ya con el CO2 en coches y ahora lo vemos con otras directivas, con la directiva de Renovables. La verdad, nos gustaría ser mucho más escrupulosos con la manera en la que se alcanzan acuerdos», dijo Ribera.

La titular española aludía así a la jugada alemana en la pieza legislativa para prohibir la venta de coches nuevos que emitan CO2 a partir de 2035 que, tras cerrarse el acuerdo político entre los Estados miembros y el Parlamento, Berlín exigió -y obtuvo- ciertas garantías adicionales para que se puedan vender coches con motor de combustión si usan combustibles sintéticos neutros en CO2.

La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, por su parte, justificó la maniobra en la negociación al llegar a la reunión ministerial de Luxemburgo diciendo que «el amoníaco es clave si queremos mantener cierta resiliencia sobre los alimentos en el contexto de la guerra de Ucrania».