España será la selección de las doce medallas

El entrenador Miki Oca da instrucciones a las jugadoras durante el partido de semifinal del europeo de waterpolo ante Grecia. EFE/EPA/Sem van der Wal

Francisco Ávila

Eindhoven (Países Bajos), 12 ene (EFE).- Después de la final del Europeo de este sábado ante Países Bajos (20:30 CET), España será la selección de las doce medallas, acumula once en grandes competiciones desde 2008 y aspira a reeditar el título continental, conquistado en los dos últimos torneos continentales.

España llega a la cita en el mejor momento. El waterpolo practicado por las jugadoras de Miki Oca en este campeonato ha rozado la perfección, especialmente en el partido de semifinales ante Grecia, donde el equipo funcionó como un reloj.

Pero no es algo casual. El equipo, que asomó la cabeza sorprendentemente con una plata olímpica en 2012, se ha ido renovando, añadiendo nuevos registros y nuevas jugadoras, como Isa Piralkova, que ha debutado aquí en Eindhoven. En este Campeonato, la defensa en anticipación ha sido su sello, pero también otras muchas cosas.

La inmediata puesta en acción tras exclusiones contrarias, el juego en posicional. El trabajo de las boyas, posición en la que España tiene seguramente a tres (Maica García, Paula Leitón y Paula Camus) de las más determinantes del concierto mundial; la transición defensa-ataque y la calidad de las porteras.

Laura Ester, la eterna guardameta, ha dejado paso a Martina Terré. El acompañamiento de la portera del CN Sabadell a la del CN Sant Andreu ha ayudado a Terré a crecer torneo a torneo y partido a partido. Ante las griegas, la meta española bordeó durante muchos minutos el 80% de acierto.

Oca, en unas declaraciones a EFE tras el partido ante Grecia, explicó exactamente lo ocurrido: «Hemos estado rápidas, muy vivas». Y es que a España le salió todo bien.

De hecho, es lo que ha ofrecido en este Campeonato que abre un diabólico 2024, en el que se añadirá el Mundial en febrero y los Juegos en verano, eso solo lo que respecta a selecciones. Los clubes españoles, punteros en Europa, seguramente tendrán tres de los cuatro equipos en la fase final de la Champions, y eso porque dos coincidieron en el mismo grupo y uno tenía que quedarse fuera.

La final de mañana sábado será la quinta final del Europeo de las españolas. Ha ganado tres de las cuatro jugadas hasta ahora, en Budapest (2014, 2020) y en Split (2022); la primera fue la que perdió.

Fue en 2008 en Málaga, el único éxito en el que no estaba Oca en el banquillo pero sí Maica García en la boya. Ella junto con Jennifer Pareja, Blanca Gil y Vicenç Tarrés como entrenador se colgaron la plata. En Barcelona, 2018, España consiguió un bronce.

A esas cinco medallas hay que añadir las dos platas olímpicas (Londres y Tokio) y las cinco en Mundiales. Un oro en Barcelona 2013 y cuatro platas: Budapest 2017, Gwangju 2019 y Fukuoka 2023.

Pero pese al evidente éxito, pese a haber puesto al deporte femenino español en el mapa mundial, el waterpolo es un deporte silenciado. Seguramente es una metáfora del destino.

El silencio que impera en el autobús del equipo en cada trayecto, ese que sirve para visualizar las horas de piscina y de vídeo trabajado antes de cada partido tienen su momento de introspección, mientras unas se entretienen escuchando música, otras jugando con el móvil y Miki Oca, sentado siempre en primera fila, justo detrás del conductor, pierde su mirada en la carretera esperando que llegue el momento, otro momento más, otra final más.