La muestra Arte en la calle. Madrid 2000-2018 llega a la sala sur de Conde Duque para poner en valor nuevos lenguajes artísticos con reciente relevancia en la historia de la ciudad. A través de esta exposición, el Área de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid se une al creciente reconocimiento del arte efímero que ya se ofrecen en otras grandes capitales mundiales.
El grupo de investigación NuTAC, de la Universidad Politécnica de Madrid, ha analizado las calles de Madrid hasta encontrar numerosos ejemplos de arte, partiendo de la hipótesis de una posible transformación de la ciudad a través de efímeras intervenciones.
La exposición está formada por un total de 64 artistas que recogen una selección tanto comisariadas como espontáneas, e incluidas muchas de ellas en el Plan de Mejora de la Calidad del Paisaje Urbano mediante Intervenciones Artísticas que desarrolló el Ayuntamiento en los últimos años. En las obras también se pretende explicar su trascendencia con el uso de dibujos que las contextualizan en su entorno urbano, entre planos de ubicación y más de 300 imágenes de gran valor documental.
La sala cuenta exclusivamente con tres obras elaboradas en vivo, y que irán evolucionando a lo largo del primer mes de la muestra en tres fases. Los autores encargados serán E1000, Nuria Mora y Nano4814, seleccionados por la calidad de sus obras en los últimos años.
Con el comisariado de Lucila Urda Peña y Sergio Martín Blas, profesores de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, y la participación de las coordinadoras Guiomar Martín Domínguez e Isabel Rodríguez Martín, así como del diseñador gráfico Nacho Martínez / Koniec, y el experto audiovisual Miquel Bixquert Grau, Arte en la calle. Madrid 2000-2018 se propone dar a conocer el patrimonio cultural madrileño, prácticamente desconocido y contextualizado dentro del paisaje urbano.
La muestra ayudará a apreciar y reconocer las aportaciones que desde principios del siglo XXI han ido transformando el espacio público de la zona, además de la transcendencia de las interacciones efímeras producidas por la práctica artística en la vida urbana. También reconoce el valor emergente que tiene a nivel local y global un fenómeno que logra vislumbrar una nueva condición dialógica en nuestras ciudades, en un futuro donde concurren la acción artística y la vida cotidiana.
