Marrakech (Marruecos) , 16 nov (EFE).- Farida Benliazid forma parte de esos «locos» que decidieron dedicarse al cine. Ella, además, lo hizo en Marruecos cuando ninguna mujer se atrevía. A sus 74 años, la primera productora y segunda directora del país magrebí denuncia que hay mucho estereotipo sobre las mujeres musulmanas y dice sortear la censura con simbolismo.
Benliazid, que comenzó su carrera en Francia a finales de los 70 y acumula ocho obras como directora o productora y otras cuatro como guionista, recibe este miércoles un homenaje en el Festival Internacional de Cine de Marrakech, una ciudad que le gusta, aunque no tanto como su villa natal, Tánger, mezcla de culturas que dice adorar.
En una entrevista con EFE, Benliazid se expresa en un casi perfecto español heredado de su madre, una mujer «mora» y melillense de nacimiento que, como ella, también amaba el cine.
Para conseguir su sueño, luchó para divorciarse de su marido y con 23 años partió a París a estudiar. Luego volvió a Marruecos, escribió dos guiones y en 1989 produjo su primer largometraje, «Una puerta en el cielo».
Su cine profundiza en el islam desde el punto de vista femenino y en el desapegado del concepto occidental de feminismo. Afirma que, como mujer, sufrió «lo mismo» que los hombres por abrirse camino en el cine y que todos compartían ser «unos cuantos locos» que soñaban con el séptimo arte.
Pregunta.- ¿Cómo ha cambiado el cine en los últimos treinta años?
Respuesta.- Yo no veo gran diferencia, veo que había y hay pocas buenas películas. Pero hay más cine y muchas más mujeres que hacen muy buen trabajo.
En los años 70 estaba el movimiento de liberación de las mujeres e incluso los hombres, entonces, se interesaron por eso en Marruecos. Yo escribí algunos guiones para ellos.
P.- Y ahora, tras el movimiento «me too», hay una segunda ola de feminismo, ¿qué le parece? ¿ha calado en Marruecos?
R.- No se si cambia las cosas. Se habla mucho del tema, pero los problemas de siempre siguen: que las mujeres ganan menos. Nos hablan de sexualidad y no solo es eso, está el punto de vista económico. Es el motor, porque la igualdad tiene que ser completa.
P- ¿El que haya más mujeres hace que cambien los temas o enfoques de las películas?
R.- Una señora me comentaba el otro día que la mirada de los hombres nos ha impuesto su manera de ver las cosas. Hace falta ver en qué sentido ha tenido eso una responsabilidad en la dominación masculina. Hay muchas mujeres que hacen cine, pero como hombres. Eso hay que sentirlo y darse cuenta, hay que abrir la mirada.
P.- ¿Usted buscó salir de ahí?
R.- Sí, pero sin pensarlo. Para mí se trababa de dar a conocer la realidad de las mujeres musulmanas, porque hay mucho estereotipo de que son analfabetas, sumisas… y la verdad es que no es así.
Las mujeres musulmanas han tenido siempre un papel muy importante, con una sabiduría, una memoria… porque la cultura oral desarrolla una memoria fenomenal, que estamos perdiendo cada vez más con las máquinas. Sabían las buenas comidas para los niños, coser, vestir, decorar, medicinas naturales…
Mi primera película trataba sobre el islam desde el punto de vista de ellas. La gente piensa que los hombres las obligan a ser musulmanas y eso es falso, las mujeres tienen su fe y su manera de vivirla. Con menos sabiduría, pero con más corazón.
P.- De vez en cuando, en Marruecos se censuran películas o fragmentos de ellas. ¿Hay ciertos temas de los que no se puede hablar en el cine marroquí?
R.- Sí, hay unos temas, pero muy definidos, y no son muchos. No hay que ir en contra del islam ni de la familia real. Como en todas las sociedades, hay también debates. Como pasó con «Much Loved» (película sobre prostitución en Marrakech que fue prohibida), hubo mucho debate y eso es interesante. En todas las sociedades hay conservadores.
P.- ¿Le gustaría que eso cambiara?
R.- No me importa, creo incluso que cuando no se puede hablar francamente, se trabaja más de manera simbólica, hay más arte que en un manifiesto.
P.- ¿Tienen los directores un papel que jugar en los dramas humanos y en los conflictos?
R.- Claro, aunque hay que tener cuidado de no ser propagandístico, hay que ver las cosas en su realidad. Nos vamos dando cuenta de que todo el cine americano ha sido muy importante para la manipulación del mundo.
María Traspaderne