Feijóo hablará con todos, salvo Bildu, mientras sus rivales esperan su investidura fallida

Los diputados del PP aplauden a su líder Alberto Núñez Feijóo (d) a su llegada al Congreso de los Diputados para asistir a la votación de la mesa y el acatamiento de la Constitución, este jueves en Madrid. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Madrid, 23 ago (EFE).- El candidato a la Presidencia del Gobierno, el popular Alberto Núñez Feijóo, contactará a partir del lunes con todos las formaciones políticas, salvo EH Bildu, mientras que sus rivales aguardan su fracaso en una investidura para la que a día de hoy no le dan los números.

Un día después de que Feijóo recibiese el encargo del rey Felipe VI, el PP ha anunciado, a través de varios de sus dirigentes, que está dispuesto a hablar incluso con ERC y JxCat con la meta de agrandar el respaldo de su líder y que la investidura de los próximos días 26 y 27 de septiembre no resulte fallida.

Como líneas rojas, Feijóo pone, sin embargo, las principales exigencias de los partidos catalanes: la amnistía y el referéndum de autodeterminación. El líder del PP no negociará «propuestas que vengan a romper España».

El PP sigue estando a cuatro votos de la mayoría y para alcanzarla pretender llamar a las puertas tanto del PNV como del PSOE, a pesar de que ambas formaciones han explicitado ya su negativa a facilitar una investidura del presidente popular.

Por el momento, el líder del PP podrá superar un primer obstáculo con los nacionalistas vascos, el de sentarse a dialogar. Tras el portazo de Andoni Ortuzar a cualquier negociación, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, se ha mostrado este miércoles dispuesto a una reunión por «cortesía parlamentaria».

Hasta la investidura espera, según ha dicho Esteban, una «pausa larga para la especulación» en la que predominarán «el ‘marketing’ y la imagen» y donde habrá «juego de unos y de otros». «Salvo gran sorpresa» el PNV ve «bastante complicado» que Feijóo consiga una mayoría parlamentaria, aunque «ahora bien, con estas cosas no se sabe hasta el último momento».

El partido vasco sigue mostrándose contrario a facilitar un gobierno del PP que descanse sobre los votos de Vox, aunque los populares esperan sacarlo del no ofreciendo propuestas de equilibrio territorial en el País Vasco, según ha señalado la dirigente del PP Carmen Fúnez en La Sexta.

Además, apelan a los socialistas alertando del riesgo de un gobierno de su secretario general, Pedro Sánchez, con EH Bildu y bajo la batuta de Carles Puigdemont (JxCat).

El PSOE no recoge el guante del PP y su portavoz parlamentario, Patxi López, ha augurado una «investidura fake» de Feijóo, la crónica de un fracaso anunciado de quien solo tiene pactos con Vox, Coalición Canaria y UPN.

Los socialistas han sido además críticos con el calendario de la investidura y han acusado a Feijóo de pretender bloquear España durante un mes a sabiendas de que va a fracasar en su intento de formar gobierno.

De la misma opinión es Sumar. La plataforma de Yolanda Díaz había abogado por una investidura rápida, desde la premisa de que fracasará y de que Feijóo se somete al debate únicamente para resolver problemas internos en el seno de su partido.

Entre tanto, se van dando también movimientos en el lado izquierdo del tablero, donde Pedro Sánchez tiene pendiente coser apoyos para alcanzar la mayoría, pues actualmente solo tiene 152 votos, los 121 del PSOE y 31 de Sumar, y debe lograr el respaldo de EH Bildu, PNV, BNG, ERC y JxCat.

La portavoz de Sumar, Marta Lois, se ha mostrado partidaria de hablar «sin miedo» de una ley de amnistía y ha abogado por «pasos valientes» en esa dirección, que a su juicio supone aplicar soluciones políticas a conflictos políticos.

El portavoz del PSOE ha evitado posicionarse sobre la amnistía, después de que su jefe de filas sostuviese ayer que «el diálogo es el método y la Constitución es el marco» de la negociación con los independentistas catalanes.

Además, Sumar ha cedido dos diputados a ERC para que pueda tener grupo propio en el Congreso, una condición que también se espera que logre JxCat.

En pleno agosto, los movimientos de los partidos continúan mientras que el calendario ha quedado fijado: España tendrá gobierno antes del 27 de noviembre o vivirá unas nuevas elecciones generales el 14 de enero.