Fernando Torres y el gol que inició el mayor ciclo de gloria

El jugador español Fernando Torres celebra el primer gol conseguido durante la final de la Eurocopa 2008 que disputaron frente a Alemania en el estadio Ernst Happel de Viena, Austria, el 29 de junio de 2008. EFE/GEORGI LICOVSKI

Colonia (Alemania), 30 jun (EFE).- La noche del 29 de junio de 2008. Minuto 33 en el Estadio Ernst Happel de Viena. El movimiento del delantero que sentía que sería el encargado de recoger 44 años después el testigo de Marcelino. El pase al espacio de Xavi Hernández, el cuerpeo de Fernando Torres con Philipp Lahm y el balón picado a la salida de Jens Lehmann. El gol que inició el mayor ciclo de gloria del fútbol español.

El sueño de Fernando Torres se convirtió en premonición antes de la final en un distendida charla con EFE. «Después de aquel gol de Marcelino, que todo el mundo recuerda, su nombre está en la memoria de todos los españoles muchísimo tiempo porque hizo el gol de la final. Ojalá ahora lo marque yo».

Lo cumplió y desde aquel momento convirtió en tradición el encuentro por superstición. No le fue mal, cuatro años después, cuando el círculo se cerró con una de las mayores exhibiciones futbolísticas de una final, el 4-0 a Italia en Kiev, Torres repitió como uno de los goleadores.

‘El niño’ soñaba con imitar a Marcelino y dejar su nombre para la eternidad. Su visión era compartida con su máximo valedor, Luis Aragonés. «Le dije que iba a marcar dos goles y le di un beso en la frente», confesó el seleccionador que erró en un tanto pero acertó el futbolista que decidiría la final ante la siempre poderosa Alemania.

Torres convirtió en eterno el legado de Luis Aragonés, el sello que imprimió a una selección que al fin encontró un estilo definido para alcanzar los altares futbolísticos. Un sello como seleccionador imborrable gracias al mejor toque en la definición tras la exhibición de pura potencia del delantero madrileño.

Antes derribó barreras España en los penaltis de cuartos ante Italia, se exhibió en semifinales ante Rusia y Alemania sería el gigante a superar para hacerse eterna. Había iniciado la final sufriendo España hasta que Sergio Ramos se topó con la madera y Fernando Torres cambió el rumbo, puso fin a más de cuatro décadas de frustraciones e instaló al fútbol español en la cumbre.

No se bajó en cuatro años inigualables de una generación que cambió la mentalidad. Los Casillas, Sergio Ramos, Puyol, Marchena, Capdevila, Senna, Iniesta, Xavi, Cesc, Silva y Torres, los titulares en Viena, más Xabi Alonso, Cazorla y Güiza que entraron en el segundo acto, pusieron la primera piedra de una selección ganadora que marcó una etapa del fútbol europeo y mundial.