70º Festival de San Sebastián: Jornada de enorme nivel con ‘As Bestas’ y ‘Argentina 1985’

as bestas
Fuente: Festival de San Sebastián

El tercer día del Festival presentó ‘As Bestas’, el último trabajo de Rodrigo Sorogoyen, y ‘Argentina 1985’, dos grandes películas que estarán en boca de todos hasta la llegada de la temporada de premios

El tándem Isabel Peña – Rodrigo Sorogoyen significa, desde hace ya tiempo, triunfo absoluto. Él, tras las cámaras, dirigiendo con un nervio y un manejo de la tensión insuperable en el cine patrio, y ella configurando unos guiones sólidos, potentísimos, que ejercen como el primer paso para poder construir ese ambiente irrespirable qué tan bien trabaja Sorogoyen. El mejor ejemplo de ello, el piloto de Apagón, que estrenará Movistar+ próximamente, cuyo guion firma Peña en solitario y que ejerce como punto de partida para la serie. as bestas

A la espera de ver el resultado de esta, y del capítulo de Sorogoyen del remake de Historias para no Dormir, (en cuyo guion no participó Peña), la historia de ambos habla de triunfos innegables: Que Dios nos perdone, Madre, El Reino o la recientemente presentada en San Sebastián, Antidisturbios. As Bestas es un nuevo capítulo de esta saga que, esperemos, continúe muchos años.

La película nos presenta a Antoine, un hombre francés que, junto a su pareja, lleva años instalado en una aldea del interior de Galicia. Allí, un conflicto con sus vecinos empezará a erosionar la convivencia entre todos, llevando la tensión y el enfrentamiento hasta puntos extremos.

As Bestas retrata a la perfección – en parte gracias a unos excelsos Denis Menochet y Luis Hazera – el deterioro en las relaciones entre estos dos vecinos, el acoso creciente, la tensión y el miedo. Con el paso de los minutos, los problemas que separan a estos hombres crecen, hasta construir un odio en el que lo de menos es el problema que creó el enfrentamiento en un primer momento. Las larguísimas secuencias sobre las que se construye la película, con eternos planos secuencia en los que la cámara se echa a un lado y le da todo el protagonismo a unos actores en estado de gracia, acrecentan la sensación de que nos encontramos ante un documental, algo que podría ocurrir perfectamente y que, de hecho, ha ocurrido.  Sorogoyen rueda la tensión cotidiana como nadie, y As Bestas es la mejor prueba de ello.

Argentina, 1985: ovación en el Principal ante otra exhibición de Ricardo Darín

Muy distinta es la nueva película de Santiago Mitre, Argentina, 1985, aunque las reacciones que despertó en el pase de presentación en el festival fueron igual de entusiastas (o incluso más). Hay algo extremadamente satisfactorio en aquellas películas judiciales bien rodadas, hechas con oficio, que se toman en serio al espectador. Mucha gente acude a Argentina, 1985 sabiendo qué es lo que narra y, por tanto, cómo va a terminar. Sin embargo, es muy improbable que los espectadores, sean o no argentinos, no se emocionen en determinados fragmentos de la película, especialmente en su tramo final.

La película se basa en la historia real del Juicio a las Juntas que Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) lideraron contra los altos mandos de la dictadura militar argentina a mediados de los años 80.

El cine de juicios suelen seguir una estructura más o menos definida: se presenta un caso, generalmente muy complicado; se conoce al equipo – generalmente poco preparado o sin demasiada experiencia – que intentará ganar, por la vía legal, a criminales que no respetan esa legalidad; se incide en lo complejo del caso, en las pocas – o nulas – posibilidades de éxito, y en cómo los criminales tienen todas las de ganar. El componente emocional crece en este tramo, pues el arma de los protagonistas, más que la propia ley – que ha quedado demostrado previamente que no tiene porqué funcionar -, es apelar a los sentimientos de aquellos que lo ven, que empatizan con la terrible injusticia que han sufrido las víctimas. El final puede variar, en función de si la historia que se nos cuenta es ficción o basada en hechos reales, pero suele ir orientado en una dirección concreta.

Argentina, 1985 funciona en todos los niveles: es un drama judicial magnífico, pues aunque tacha todas las casillas mencionadas anteriormente para encuadrarse en su género, lo hace todo de forma excelente: humaniza a sus personajes, se toma su tiempo para que el espectador les conozca más allá de su rol en el juicio, y consigue que este se involucre en la historia que narra. Para cuando llega el alegato final, en el que Ricardo Darín vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores vivos, la mitad de la sala tendrá lágrimas en los ojos y la otra mitad se estará preparando para aplaudir.

 

Mario Orgaz