Zaragoza, 30 mar (EFE).- El caesaragustano, como así firmó en alguna ocasión Francisco de Goya y Lucientes, celebra desde hoy, día en el que nació en Fuendetodos en 1746, su 277 aniversario con una exposición en La Lonja de Zaragoza en la que revisita las casi tres primeras décadas de su vida que pasó en la capital aragonesa.
«Goya es el aragonés más universal, el maestro que ha conseguido traspasar fronteras y ser inmortal, una categoría reservada para muy pocos», ha definido José Luis Rodrigo, director general de la Fundación Ibercaja y responsable del Museo Goya de Zaragoza, en la presentación de la exposición titulada “Yo soy Goya. La Zaragoza que viví, 1746-1775” que se podrá visitar hasta el próximo 25 de junio.
Domingo Buesa ha recordado que fue hace dos años cuando empezó a gestarse esta exposición con la idea de acercar la figura de Goya a Zaragoza porque fue en esta ciudad donde «se formó como persona y artista» y se ha buscado que estuviese centrada en los veintinueve primeros años de su vida que vivió en ella.
«Es una exposición como homenaje a Zaragoza que no pivota sobre sus grandes obras, es fundamentalmente didáctica sobre lo que significó Zaragoza para Goya», ha defendido Buesa.
También ha insistido en que Goya siempre firmó en diferentes documentos con la frase «Zaragoza, mi patria» y también otros como «caesaraugustano» y la muestra comienza cuando en su primer mes de vida su familia se trasladó desde Fuendetodos a Zaragoza y acaba con la frase que firmó en una carta «nos vamos de Zaragoza, salimos para Madrid».
Con la finalidad de acercar al visitante la figura del aragonés más universal, en La Lonja se muestran los espacios urbanos en los que residió el artista, sus casas, la importancia de la relación con su abuelo de Fuendetodos, los grandes acontecimientos que él vivió en una ciudad ilustrada, sus aficiones, así como los aragoneses que él conoció, desde las gentes del pueblo hasta los burgueses y nobles que retrató, todo ello junto a la presencia de documentos de archivo que explican la vida del pintor en Zaragoza.
“Yo soy Goya” no es la clásica muestra de obras de Goya, aunque hay algunas de enorme importancia procedentes de varios museos y colecciones particulares, como es el retrato de la Infanta zaragozana María Teresa de Vallabriga a caballo, que procede de la Galería de los Uffizi de Florencia; el autorretrato de 1824 conservado en el Museo Nacional del Prado; o el retrato de la zaragozana Josefa Bayeu, procedente de la Colección Abelló.
En la muestra se pueden contemplar las últimas obras datadas de Goya que nunca han sido expuestas (dos importantes retratos a lápiz inéditos, fruto de las últimas investigaciones de su obra), o el cuadro de la Infante que únicamente se ha exhibido, además de en Florencia, en la National Gallery de Londres y en el Palacio Real en Madrid.
Desde el cercano Museo Goya se han trasladado hasta La Lonja para formar parte de esta gran exposición 13 de sus obras, concretamente El retrato de Félix de Azara, Marianito, y once grabados correspondientes a las series Caprichos, Tauromaquia y Desastres de la Guerra.
Domingo Buesa ha invitado a los visitantes a fijarse en dos pequeñas obras en las que se puede contemplar el único dibujo que le hace Goya a su esposa Josefa Bayeu, nacida en Zaragoza y a la que recientemente la ciudad le ha dedicado uno de sus Gigantes, frente a uno de sus múltiples autorretratos.
También se recuerdan frases de Goya procedentes de las cartas a su amigo zaragozano Martín Zapater que son fundamentales para entender el amor a su patria, Zaragoza.
En un espacio se recrea la taberna de la calle Colchoneros (hoy Dormer) en la que un joven Goya ante los apuros económicos de su familia se dedica a retratar a los clientes y además tocaba el tiple y cantaba para después pasar la gorra, y donde dejó en prenda por las deudas que acumulaba un retrato de su madre que años después trató de recuperar sin conseguirlo.
Y como guiño al sentido de modernidad de Goya, «hoy sería la ultramodernidad» ha afirmado Buesa, se utilizan los medios audiovisuales más vanguardistas para recuperar su figura, una forma virtual de conocer al genial pintor en la que un holograma permite ver al artista de B vocal, Augusto González, caracterizado a tamaño real de Goya y que también protagoniza un corto rodado en la cocina de su casa natal en Fuendetodos donde huyó cuando entraron los franceses en la ciudad.