Cada año más de dos millones de turistas de todo el mundo visitan Granada. Y aunque, esta cuenta con un patrimonio realmente espectacular, un gran número visitantes se desplazan solo para poder conocer la Alhambra. La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humjanidad por la Unesco en el año 1984, su conjunto monumental, es de una de belleza indescriptible. Fue la residencia de los sultanes Nazaríes entre los siglos XIII y XV. Es una ciudad palatina, con sus palacios y jardines. Una fortaleza, rodeada de murallas. Todo ello dentro de la ciudad de Granada.
No se puede destacar un solo lugar de la Alhambra, el Generalife, la belleza singular de los Palacios Nazaríes, la grandiosidad de la muralla de la Alcazaba. Todo ello y mucho más, hace de la Alhambra un conjunto inolvidable.
Los jardines del Generalife, sus palacios y aposentos reales muestran el esplendor que alcanzó Granada durante la dinastía Nazarí. Es imprescindible visitar la Alhambra sin prisas, para contemplar sus detalles, las maravillosas vistas de los miradores, escuchar el sonido del agua y pasear por el entorno. Dada la impresionante muestra monumental de la ciudad es difícil elegir qué visitar en Granada. Tras la visita, obligada, a la Alhambra, la Catedral, el Bañuelo, la Carrera del Darro, el Paseo de los Tristes y Plaza Nueva, se hace imprescindible ver los barrios más bonitos y peculiares de la ciudad: el Albaicín y el Sacromonte.
El Albaicín conserva tanto la fisionomía urbana original como diversas construcciones medievales. Los tres elementos poseen un valor complementario del conjunto y consiguen crear un significado universal y único. Está situado en una colina frente a la Alhambra y es uno de los barrios más típicos de Granada. Parada imprescindible, en pleno centro de la ciudadela del Albaicín, para contemplar la Alhambra, es el mirador de San Nicolás. Es unos de los mejores puntos de Granada para conseguir la magnifica panorámica de la Alhambra y Sierra Nevada al fondo. Un lugar mágico desde el que los atardeceres cobran un color especial.
Tras la visita al Albaicín, el barrio del Sacromonte, desde el que se pueden obtener magníficas vistas a la Alhambra, unas vistas que poseen un encanto muy especial.
Ir de tapas en Granada no es una simple tradición, es una filosofía de vida. De esta forma, se puede conocer en poco tiempo la variedad de la gastronomía granadina, el centro de la ciudad, posee un encanto especial que hacen de ‘ir de tapas’ un momento inolvidable
Tanto sus calles como cada una de las cuevas que allí se localizan, hacen de la visita un momento inolvidable, si a la vez, se finaliza disfrutando de un espectáculo en una de ellas, el viaje resultará del todo maravilloso. hay varias cuevas, zambras y tablaos gitanos, lugares mágicos en los cuales el visitante puede disfrutar de la magia y el duende del arte más español, el flamenco.
Granada, es, sin lugar a dudas, una de las grandes maravillas que se pueden ver en España.