Madrid, 11 dic (EFE).- José María Giménez, defensa del Atlético de Madrid, explicó este miércoles, tras el triunfo por 3-1 sobre el Slovan Bratislava en la Liga de Campeones, que el cambio del conjunto rojiblanco se basa en entender que su «fortaleza siempre fue lo defensivo» y, a partir de ahí, crecer en lo ofensivo, remarcó que «no hay cuerpo que aguante» jugar cada 68 horas y destacó que «todos quieren tener» a Julián Alvarez.
«Es el típico jugador que todos quieren tener en el equipo. Tenemos la suerte y el privilegio de tenerlo y hay que aprovecharlo, saber qué clase de jugador tenemos, pero también tenemos muchos jugadores que lo hacen jugar también a él», resaltó del atacante argentino, autor de doce goles ya en esta temporada.
¿Qué ha cambiado en el Atlético para esta racha de diez triunfos seguidos? «Entendiendo cuáles son nuestras fortalezas y cuáles son nuestra debilidades. Al final, sabemos que nuestra fortaleza siempre fue lo defensivo y, a partir de ahí, hemos crecido lo ofensivo. Si descuidamos lo defensivo, somos un equipo normal. Esa es la realidad», recalcó.
«Cuando somos fuertes a la hora de defender, delanteros y calidad de mitad de la cancha hacia adelante tenemos de sobra y está demostrándose cada partido», añadió el central, que advirtió: «No éramos horribles cuando perdimos 4-0 en Lisboa ni somos fenómenos ahora que tenemos una racha muy importante».
«Somos un equipo que entendemos la realidad nuestra. Sabemos cuáles son nuestras virtudes y de donde crecen nuestras virtudes. A partir del trabajo, de mucha humildad, de esforzarnos siempre y todo el equipo se haya entregado a la misma idea es lo que hace estar donde estamos», valoró en zona mixta en el estadio Metropolitano.
«El partido de París (con el triunfo por 1-2) fue un envión tremendo. Nos dio mucha vitalidad en esta competencia y sobre todo por el rival que es el PSG. Venimos trabajando semana a semana, día a día, esforzándonos y trabajando en las carencias que tenemos como equipo y fortaleciendo las virtudes. Si nosotros nos mantenemos con esta humildad y los pies sobre la tierra, el equipo tiene buen final», abundó.
La nueva firmeza defensiva, según Giménez, no depende de si es una línea de cuatro o cinco atrás: «No soy de los que piensa que por formaciones dependen los partidos. Al final, hay momentos que uno como defensa tiene la necesidad de ordenar el ataque rival, sobre todo cuando estamos sosteniendo y, por ahí, en partidos no hemos sabido manejarlo de la mejor manera posible y los contragolpes nos han penalizado».
«No pasa por la formación el hecho de ir a disputar un duelo y ganarlo, de ganar la segunda pelota, de tener claro a qué jugar… Eso para mí es independiente de la formación que sea. Pasa por la mentalidad de nosotros, que ahora tenemos una mentalidad que todos queremos ganar y ganar implica ganar duelos, la segunda pelota y todo lo que implica el uno contra uno», agregó.
A su lado, se ha consolidado en el once Clement Lenglet. «Es un jugador que tiene mucha jerarquía, que por algo ha pasado por donde pasó, tiene buena salida de pelota, defiende bien, es zurdo, lo está haciendo muy bien. Ahora vuelve Robin, que también lo necesitamos para seguir aumentando la competencia interna ésa que necesitamos para que el grupo siga creciendo. Lo necesitamos al ritmo que venía teniendo antes de lo que le pasó», expuso.
También fue preguntado por la grada de animación y el ‘Frente Atlético’, en huelga de animación los últimos partidos. «Sí claro (que los echa de menos). Para nosotros, ellos son muy importantes, nos hacen muy fuertes y creo que necesitamos que las cosas se arreglen cuando antes posible, porque los necesitamos. Al final, por dos, tres, cuatro o cinco pagan 5.000 a veces que no tienen por qué hacerlo. Ojalá se solucione pronto. Los necesitamos», contestó.
A nivel personal, Giménez expresó que ha cambiado «mucho, la verdad». «Sobre todo, la cabeza. Uno está más tranquilo, disfrutando, como cada vez más asados y me está haciendo bien. Al final, lamentablemente, estamos viviendo una situación que jugar 68 horas después de un partido es jodido y no hay cuerpo que aguante por más entrenado que esté, mejor alimentado que esté o haga lo que haga. Al final, toco madera, las cosas vienen y no son casualidad. Nos tenemos que adaptar hasta que no aguantemos más», afirmó.
«Es una pena que a veces no se piensa en el jugador, cuando yo creo que es necesario hacerlo», añadió el defensa.