Teherán, 29 sep (EFE).- Al caer la noche muchos iraníes expresan su desafección por el régimen islámico coreando desde sus ventanas “muerte al dictador” amparados en la oscuridad en Teherán, una forma “segura” de protestar por la muerte de Mahsa Amini.
Poco antes de las 10:00 de la noche comienzan los “muerte al dictador”, “muerte a Jameneí” y «muerte a la República Islámica”, primero de forma tímida y después se van sumando voces, hasta formar un coro en el que una persona grita el eslogan y a continuación varias lo repiten al unísono.
Esta rutina se ha repetido en los barrios del norte de Teherán, pero también en otras zonas de la capital, durante las dos últimas semanas como parte de las protestas por la muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por no llevar bien el velo.
Algunos conductores se unen a los gritos haciendo sonar sus cláxones.
PROTESTA SEGURA
“Es una forma segura de protestar”, dice a Efe una vecina de Teherán que con su hija de un año en brazos y una amiga se une a los cánticos por las noches.
La mujer afirma que por su hija no se puede arriesgar a salir a la calle a protestar junto a los miles de jóvenes que han desafiado al régimen desde la muerte de Amini el viernes 16, unas movilizaciones que en los últimos días han perdido fuerza.
Esas protestas han causado 41 muertos, entre ellos efectivos de las fuerzas de seguridad, según el recuento de la televisión estatal IRIB de hace cuatro días.
Una ONG iraní con base en Oslo eleva los fallecidos a 76.
“Son muy valientes”, dice la residente de Teherán con admiración de los jóvenes que han estado protestando.
“Están haciendo lo que nosotros no hicimos”, dice en referencia a su generación, algo mayor que la de los universitarios de ahora.
La mujer desea “éxito” a las movilizaciones porque quiere un “Irán diferente” para su hija.
Otra mujer que vive en el este de la capital explica a Efe que en su barrio también se repiten los gritos de “muerte al dictador” , aunque suelen ser una hora antes, y una persona que reside cerca del centro afirma que allí también se oyen.
Esta forma de protestar, los gritos desde las ventanas, se repite cada vez que hay tensiones en el país, como sucedió en 2019, cuando la subida de los combustibles provocó unas protestas que dejaron 300 muertos, o en las de 2017 por la carestía.
DENUNCIA DE LA FAMILIA
Amini fue detenida el martes 13 por la llamada Policía de la moral por considerar que llevaba mal puesto el velo islámico, y fue trasladada a una comisaría para asistir a «una hora de reeducación».
Murió el viernes 16 en el hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia.
La familia de Mahsa Amini anunció ayer que ha denunciado a los policías que la detuvieron y han pedido una «investigación en profundidad”.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, afirmó anoche en una entrevista televisada que la «triste» muerte de Amini será investigada «hasta el final» y calificó las protestas de “disturbios inaceptables” y “caos”
“Nadie debe abusar de su fallecimiento para provocar disturbios”, dijo el mandatario ultraconservador, que alabó a las fuerzas de seguridad por su trabajo.
Las protestas se han repetido durante casi dos semanas y han perdido fuerza los últimos días ante la represión policial, las restricciones en internet y las detenciones de activistas y periodistas.
La Policía, junto con las basijis (milicias paramilitares leales al régimen iraní), ha reprimido las movilizaciones con el uso de porras, gases lacrimógenos, cañones de agua y, según la ONU, munición real.
Jaime León