Helados de carne, insectos en granizada y sorbetes de sangre para refrescarse en el zoo de Málaga

Helados de carne o verduras, granizados con tropezones de insectos, polos con sabor a pescado y sorbetes a base de sangre son algunos de los platos que incluye el menú veraniego del zoológico Bioparc de Fuengirola (Málaga) para que sus animales puedan refrescarse y mantenerse hidratados. .EFE/ Parque Bioparc SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Fuengirola (Málaga), 2 ago (EFE).- Helados de carne o verduras, granizados con tropezones de insectos, polos con sabor a pescado y sorbetes a base de sangre son algunos de los platos que incluye el menú veraniego del zoológico Bioparc de Fuengirola (Málaga) para que sus animales puedan refrescarse y mantenerse hidratados.

Helados de carne o verduras, granizados con tropezones de insectos, polos con sabor a pescado y sorbetes a base de sangre son algunos de los platos que incluye el menú veraniego del zoológico Bioparc de Fuengirola (Málaga) para que sus animales puedan refrescarse y mantenerse hidratados. .EFE/ Parque Bioparc SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

“Los avisos por altas temperaturas son cada vez más frecuentes y todos los seres vivos padecen las consecuencias del calor extremo”, señalan los expertos del zoológico, por lo que su equipo se esfuerza en “garantizar el bienestar de los animales”, especialmente cuando se trata de combatir temperaturas que superan los 40 grados.

Una de las medidas extraordinarias para luchar contra el calor en Bioparc pasa por la elaboración de dietas específicamente diseñadas para los meses de verano y que se adaptan a las necesidades de cada especie, en las que se incluyen “helados de todos los sabores y para todos los gustos”, según un comunicado del zoo.

Los felinos -tigres y leopardos- disfrutan con polos de agua helada mezclada con sangre y trozos de carne, que se sitúan en sitios estratégicos de las instalaciones.

No se trata solo de enriquecimientos alimentarios, sino también sensoriales, ya que “suponen una beneficiosa estimulación para el animal que activa sus instintos”.

Para las suricatas, la cocina de Bioparc prepara granizados de gusanos y saltamontes y para los gorilas, chimpancés, gibones o lémures, coloridos helados y sorbetes de zumo de remolacha y espinacas a los que se incorporan trozos de verduras y frutas como manzanas, zanahorias, tomates, plátanos o sandías.

Helados, polos y sorbetes son parte del protocolo alimentario estival y, aunque no componen la comida principal de las especies del centro, son extras que forman parte del enriquecimiento con el que el equipo de Zoología estimula a los animales a nivel sensorial, motriz o de comportamiento.

Este protocolo incluye la activación de difusores para refrescar instalaciones como, por ejemplo, la de los cálaos, y se completan con las zonas sombreadas, los ríos o las charcas que permiten a los animales bañarse y refrescarse cada vez que lo deseen.

“El papel del agua en Bioparc Fuengirola es esencial”, señala el centro, que cuenta con “un completo circuito de agua compuesto por rías vivas y cascadas garantiza el bienestar de todas y cada una de las especies que protege y alberga el parque”.

Con la apertura de un espacio dedicado a América Central y Sudamérica el pasado junio, “la vida dentro de estos ríos cobra un protagonismo especial”, y el parque ofrece ahora un recorrido por las selvas tropicales del mundo -isla de Madagascar, África ecuatorial, Sudeste asiático, Indopacífico y América-.

Esta última está inspirada en la histórica primera circunnavegación del mundo realizada por Elcano y los hombres de la nao Victoria, de modo que a la fauna y flora ya representada en el parque se suma la de zonas tropicales de Centro y Sudamérica, completando una travesía por las selvas tropicales del mundo desde el Amazonas a los bosques de El Congo.