Humanos y lobos comieron las mismas presas hace 1,5 millones de años

Marcas carnívoras. Imagen cedida por la Universidad de Granada

Granada, 1 feb (EFE).- El uso de técnicas de inteligencia artificial ha permitido a un equipo multidisciplinar de investigadores demostrar que humanos y lobos compartieron la carne de sus presas y mordieron los mismos huesos hace millón y medio de años en Orce (Granada).

Modelos 3D de las marcas carnívoras. Imagen cedida por la Universidad de Granada

El trabajo, en el que participan investigadores de la Universidad de Granada, la Complutense de Madrid y la Universidad de Salamanca, ha analizado cómo era la convivencia del ser humano con el resto de especies animales, particularmente los carnívoros, para conocer si competían por las presas o las compartían.

El estudio ha estado centrado en el yacimiento Barranco León de Orce (Granada), donde se ha comprobado que humanos y canis mosbachensis, un ancestro de los lobos, compartían la carne de las mismas presas.

Gracias a la combinación de tafonomía tradicional, morfometría geométrica tridimensional e inteligencia artificial se han podido descifrar las complejas interacciones entre carnívoros y humanos en los albores de la humanidad europea.

En Barranco León se encuentran diversas especies de carnívoros, desde una gran hiena, tigres dientes de sable, tres especies de cánidos, lobos y zorros, además de unos osos pardos, aunque solo las hienas fracturan de manera intencionada los huesos de sus presas.

Las marcas de mordedura son como las huellas dactilares de las especies de carnívoros extintas, aunque para identificarlas en huesos fósiles es necesario realizar una compleja labor de comparación.

El primer paso consiste en identificar las marcas de mordedura, escanearla con un alto grado de resolución, analizar el patrón morfológico de cada una de ellas con morfometría geométrica tridimensional y utilizar inteligencia artificial para el reconocimiento de las marcas que determine la especie que las hizo.

Los resultados en Barranco León han apuntado que más de la mitad de las marcas son del ancestro del lobo, y no de hiena, y que además se alimentaban de animales de un tamaño que no podrían cazar, por lo que debieron ser carroñeros.

La investigación, liderada por Lloyd A. Courtenay, de la Universidad de Salamanca, y José Yravedra, de la Complutense, se enmarca en el ProyectORCE que dirige el investigador de la Universidad de Granada Juan Manuel Jiménez-Arenas, y que ha determinado que humanos y lobos compartieron alimento.