Identifican bioindicadores presentes en la rizosfera tras incendios forestales

Imagen de archivo de un incendio en Lanjarón (Granada). EFE/Miguel Ángel Molina

Granada, 19 jul (EFE).- Científicos de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ/CSIC) han identificado bioindicadores presentes en la rizosfera tras incendios forestales tomando como estudio la zona de Lanjarón (Granada) ubicada en el Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada, que en 2005 sufrió un incendio que afectó a 3.500 hectáreas de un paraje.

El incendio, originado por la fogata hecha por unos excursionistas perdidos para ser localizados, se descontroló y consumió casi 3.500 hectáreas del paraje del Tello, ubicado en pleno Parque de Sierra Nevada, y afectó a más de 400 hectáreas de bosque dominado por encinas.

En España se ha pasado de 1.871 incendios en la década de 1960 a unos 13.000 en el periodo de 2006 a 2015, alerta el CSIC, que informa de que una consecuencia de los incendios forestales es la variación de las comunidades microbianas en la rizosfera, zona del suelo cercana a las raíces, donde se desarrolla la vida microbiana.

Esta zona del suelo, aunque con un reducido tamaño de entre 3 y 5 centímetros, es de gran importancia por la cantidad de procesos que tienen lugar entre el suelo y las raíces de las plantas en esta pequeña porción de subsuelo, de ahí el interés de conocer qué sucede en esta región del terreno existente bajo las plantas, donde se encuentran sus raíces.

Un efecto de los incendios es la reducción de la diversidad de las comunidades microbianas, así como una alteración de su composición.

Según los científicos, estas comunidades microbianas del suelo desempeñan un papel fundamental en los procesos biogeoquímicos de los ecosistemas, como los ciclos del carbono y el nitrógeno, encargándose de descomponer la materia orgánica, liberar nutrientes y facilitar su absorción por las plantas.

Como resultado de los incendios forestales, se alteran significativamente tanto la composición como las actividades que llevan a cabo las comunidades microbianas del suelo.

En función de la gravedad de un incendio, teniendo en cuenta su intensidad y duración, el alcance de estos cambios puede ser mayor o menor, por lo que, según manifiesta Antonio Fernández, de la Estación Experimental del Zaidín, el estudio de las conexiones entre los incendios forestales y las características de las comunidades afectadas proporciona una base para comprender las consecuencias del fuego en la dinámica de los ecosistemas.

En los periodos posteriores a los incendios existe una proliferación de los microorganismos que presentan rasgos pirofílicos, por lo que, a corto o medio plazo, la comunidad microbiana muestra una mayor resistencia a las condiciones posteriores al incendio.

En el caso concreto del incendio de Lanjarón, según Fernández, «se tomaron muestras del suelo estrechamente adherido a las raíces secundarias y metabólicamente activas (rizosfera) de encinas en una zona no afectada por el incendio, pero muy próxima al mismo, así como de suelos rizosféricos de encinas quemadas y que sobrevivieron y rebrotaron tras este incendio».

En definitiva, agrega Fernández, la persistencia de alteraciones en la composición de la comunidad microbiana, la biomasa y el pH sugiere que es necesario un seguimiento a más largo plazo (más de una década) para conseguir observar la recuperación completa de los ecosistemas afectados por los incendios.