Kazajistán quiere penalizar el ‘rapto de novias’

El Defensor del Pueblo, Artur Lastáev, afirmó en una entrevista con EFE que Kazajistán, el mayor país de Asia Central, necesita penalizar la tradición del 'rapto de la novia', también conocido como matrimonio por secuestro. Según Lastáev, su oficina lleva activamente trabajando con expertos y abogados desde julio de 2023 para sacar adelante esa iniciativa. EFE/Oficina del Defensor del Pueblo -SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)-

Astaná, 11 dic (EFE).- Kazajistán, el mayor país de Asia Central, necesita penalizar la tradición del ‘rapto de la novia’, también conocido como matrimonio por secuestro, afirmó en una entrevista con EFE el Defensor del Pueblo, Artur Lastáev.

El Defensor del Pueblo, Artur Lastáev, afirmó en una entrevista con EFE que Kazajistán, el mayor país de Asia Central, necesita penalizar la tradición del 'rapto de la novia', también conocido como matrimonio por secuestro. Según Lastáev, su oficina lleva activamente trabajando con expertos y abogados desde julio de 2023 para sacar adelante esa iniciativa. EFE/Oficina del Defensor del Pueblo -SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)-

Según Lastáev, su oficina lleva activamente trabajando con expertos y abogados desde julio de 2023 para sacar adelante esa iniciativa.

El funcionario explicó que actualmente la ley permite al secuestrador eludir la responsabilidad penal por sus acciones si la persona raptada es liberada con vida e ilesa.

En el caso del ‘rapto de la novia’, una práctica antigua aún bastante extendida en algunos países de Asia y el Cáucaso, la situación se complica por el visto bueno al secuestro que le dan muchas veces las propias víctimas.

«En algunos casos, en el secuestro de la novia no hay intención criminal y el objetivo es crear una familia. Si una chica se escapa voluntariamente con un chico, entonces el beneficio del novio es no tener que pagar una dote a los padres de la novia», descifra la tradición Lastáev.

Sin embargo, si la secuestrada es obligada a contraer matrimonio contra su voluntad y se convierte en víctima de violencia sexual, el novio no debe evitar un castigo penal, insiste.

De acuerdo con el diputado Murat Abénov, solo en los primeros ocho meses del año en una de las regiones kazajas se registraron 18 «raptos de novia».

Abénov considera que la solución al problema pasa tanto por un cambio del Código Penal como por la concienciación de la población.

«Tenemos una sociedad moderna, vivimos en el siglo XXI, no se pueden robar a las mujeres, pisotear sus derechos, debemos detener esto. Creo que debemos modificar el Código Penal y endurecer las penas por esos delitos», insistió.

Las discusiones sobre la penalización de la práctica fueron impulsadas por el presidente Kasim-Yomart Tokáyev, quien dijo en marzo pasado que «un atavismo desmesurado» como el secuestro de las mujeres no puede ser justificado.

«Va en contra de los ideales de una sociedad progresista en la que la dignidad, los derechos y las libertades de cada persona son un valor absoluto», aseveró el mandatario.

En abril pasado, la república centroasiática, país de mayoría musulmana con una fuerte tradición patriarcal, aprobó su primera ley que protege a las mujeres de la violencia doméstica.

La normativa, bautizada como la «ley de Saltanat», salió adelante en medio de un mediático juicio contra un exministro que mató brutalmente a su esposa, proceso que fue seguido por millones de personas.

La embajador de la Unión Europea en Kazajistán, Aleska Simkic, se congratuló estos días por los avances en la protección de derechos humanos en la república centroasiática, pero afirmó que aún quedan unas cuestiones «pendientes» y que Bruselas está dispuesto a trabajar con Astaná para su resolución.