Las semanas anteriores al terrible suceso el cantante ya había sufrido otro incidente vinculado al consumo de estupefacientes

Un 5 de abril de 1994, exactamente hace 27 años, el cantante de Nirvana, Kurt Cobain, se encerraba en una habitación de su casa en la ciudad de Seattle, atrancaba la puerta y escribía las que serían sus últimas líneas. El artista ponía fin a su vida, donde el éxito y los excesos marcaron su hoja de ruta. El informe de toxicología que se le practicó después de suicidarse reveló que en su organismo fue hallada una gran cantidad de heroína que junto con la herida de bala en su cabeza, propiciaron el fatal desenlace.

Las semanas anteriores al terrible suceso el cantante ya había sufrido otro incidente vinculado al consumo de estupefacientes. Por esa época el vocalista se encontraba en un período de depresión al que se le sumaban las tendencias suicidas. Cobain odiaba la fama que rodeaba su figura por aquel entonces.

Esta profunda tristeza en la que estaba sumido hacía que la presencia de su mujer fuera clave para, si bien no disuadirlo, al menos tenerlo bajo vigilancia. De hecho, uno de los principales episodios que se narran sobre él, tuvo lugar en Roma, su esposa relató en su día como a su llegada a la ciudad italiana, ambos estuvieron disfrutando de la velada y que a la mañana siguiente Cobain se encontraba inconsciente, pues había ingerido nada más y nada menos que 50 pastillas de Rohypnol, que es un tranquilizante diez veces más fuerte que el Valium. Afortunadamente la ambulancia llegó a tiempo y el cantante fue trasladado a un hospital donde se le practicó un lavado de estómago.

En la nota de suicidio, el mito del grunge alegaba que «ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock’n’roll. Me siento increíblemente culpable». En las últimas líneas de esta carta hace una mención especial a su mujer pidiéndole que siga con su vida por la hija que ambos tenían en común «Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!»

A pesar de su pronta marcha, con tan solo 27 años, Kurt Cobain quedará para siempre en el recuerdo de las generaciones presentes y futuras como un verdadero icono, y sus canciones, himnos eternos, seguirán siendo la banda sonora de todos sus seguidores, unos fans que el día de hoy vuelven a lamentar la ausencia de su ídolo.