Washington, 7 sep (EFE).- El presidente estadounidense, Joe Biden, ha colocado sus fichas más valiosas en el tablero del Asia-Pacífico: su objetivo es frenar el vertiginoso auge de China y, para lograrlo, ha tejido una red de alianzas que ha dado vida a pequeñas pero influyentes coaliciones, como el nuevo Aukus y el relanzado Quad.
Biden se propone consolidar su estrategia en Asia con una visita a la India para la cumbre del G20 entre el 9 y 10 de septiembre, seguida de una segunda parada en Vietnam.
Se trata de su tercera gira por Asia desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2021: la primera fue en mayo de 2022 a Corea del Sur y Japón, socios tradicionales de EE.UU., mientras que la segunda ocurrió en noviembre del año pasado en Camboya para la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y en Indonesia para el G20.
La reorientación de Estados Unidos hacia el Asia-Pacífico lleva años gestándose. Se manifestó por primera vez en 2012 con el «Giro a Asia» del expresidente demócrata Barack Obama (2009-2017), y se mantuvo con la insistencia del republicano Donald Trump (2017-2021) por un «Indopacífico libre y abierto», buscando otorgar a la India un papel más destacado para contrarrestar a China.
Biden ha seguido la estrategia trazada por sus predecesores, pero, a diferencia de ellos, sus palabras se han convertido rápidamente en acciones con la participación activa de altos cargos de la Administración, incluido él mismo, en los foros más importantes de Asia. Además, ha fortalecido alianzas preexistes y forjado otras nuevas.
«MINILATERALES» EN MATERIA DE SEGURIDAD
La clave de su estrategia en Asia son un tipo de coaliciones que los expertos llaman “minilaterales”, formadas por tres o cuatro países y que, por su tamaño, son más flexibles y tienen objetivos muy precisos, explica a EFE Jeffrey Hornung, del centro de estudios Rand.
Un ejemplo de esas nuevas «coaliciones» es el pacto tripartito Aukus (acrónimo en inglés de Australia, el Reino Unido y Estados Unidos), creado en septiembre de 2021 y que ya ha resultado en un proyecto para dotar a Canberra de submarinos de propulsión nuclear.
El líder estadounidense también ha logrado revitalizar el Quad, la alianza de defensa conformada por Japón, Estados Unidos, Australia e India, que fue lanzada en 2007 y se mantuvo inactiva durante años.
Asimismo, el mes pasado, Biden consiguió que Corea del Sur y Japón, viejos enemigos, firmasen un pacto de seguridad a tres bandas con EE.UU. y se comprometieran a realizar ejercicios militares conjuntos.
UNA ESTRATEGIA DE DISUASIÓN FRENTE A CHINA
Estas nuevas alianzas están enmarcadas en la competición con China. Como señala a EFE Sameer Lalwani, un experto en Asia del Instituto de la Paz de Estados Unidos (USIP), en las políticas de Biden hacia Asia «China no siempre es el titular, pero el contenido del texto suele estar repleto de referencias y alusiones a China».
Uno de los mayores puntos de tensión es la isla de Taiwán, cuya soberanía reclama China y a la que Washington prometió defender con la firma en 1979 del Acta de Relaciones de Taiwán, que sin embargo no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como de «ambigüedad estratégica».
Otra área de tensión es el Mar de la China Meridional, que alberga unos 11.000 millones de barriles de petróleo y que se disputan China, Taiwán, Brunéi, Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam.
Ante esos avances de Pekín en el Mar de la China Meridional, donde Estados Unidos quiere mantener el «statu quo», Biden firmó en abril un acuerdo con Filipinas que da a las tropas estadounidenses acceso a cuatro bases en suelo filipino, una a 400 kilómetros de Taiwán.
Biden, además, prevé sumar un importante apoyo en su gira por Asia. En concreto, se espera que Estados Unidos y Vietnam firmen un pacto que les convertirá en «socios estratégicos», lo que permitirá a Hanói mejorar su producción de semiconductores.
LA TAREA PENDIENTE: EL COMERCIO
A Vietnam le viene bien elevar su relación EE.UU. para reafirmar su independencia frente a China, pero eso no significa que sea un aliado de Washington. De hecho, Hanói también es «socio estratégico» de China y Rusia, por lo que tiene donde elegir y cuando se trata de comercio suele optar por China.
Y es que, más allá de la geopolítica, una de las mayores prioridades de los países de Asia es acceder al mercado estadounidense.
Sin embargo, Biden tiene difícil responder a sus peticiones debido al giro proteccionista que dio Estados Unidos durante la presidencia de Trump y que se manifestó en 2017 con la salida del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que había negociado Obama como respuesta al crecimiento de China.
Biden impulsó en 2022 la creación del Marco Económico del Indopacífico (IPEF), en el que Estados Unidos y 12 países de la región se comprometieron a fomentar un crecimiento económico sostenible, pero que se queda muy lejos del TPP.
Mientras Estados Unidos considera su próximo paso en esta área crucial, China sigue avanzando y se ha convertido en el principal socio comercial del sudeste asiático, incluyendo a aliados de Estados Unidos como Japón y Corea del Sur.
Beatriz Pascual Macías