La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, a través de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria, ha fortalecido el uso de la espirometría en los últimos tres años con la dotación de nuevos espirómetros en los centros de salud y una inversión de cerca de 600.000 euros. La espirometría es una técnica que facilita el diagnóstico de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) e incrementa su detección precoz, aunque la medida más efectiva para prevenirla es evitar el tabaquismo.
La realización de la espirometría en los centros de salud se enmarca en el Plan Estratégico de la EPOC de la Comunidad de Madrid, que ha incluido un programa de formación de 2.000 profesionales de Atención Primaria (desde el pasado año) en el abordaje de esta enfermedad, dado que más de 300.000 madrileños la padece, aunque cerca de un 70 % lo desconoce.
La espirometría es una prueba sencilla e indolora que realizan las enfermeras para medir los flujos y volúmenes respiratorios. Se puede realizar con fines diagnósticos, cuando se sospecha la enfermedad, o para valorar alteraciones iniciales en fumadores mayores de 40 años. En función del resultado, se deriva al paciente al médico de familia o al neumólogo, en los casos más graves. Además del diagnóstico precoz de la EPOC, esta prueba diagnóstica sirve como instrumento que incrementa la motivación de la persona fumadora para abandonar el hábito.
En este sentido, Sanidad insiste en que la EPOC está relacionada con el consumo de tabaco, de ahí la importancia de la prevención del tabaquismo, y en su caso, el abandono inmediato para evitar su progresión a la cronicidad. Los principales síntomas de la EPOC son tos más grave, disnea o dificultad para respirar, sonido silbante (sibilancias) en el pecho, acompañado de fatiga o ahogo al andar y al aumentar la actividad física, como subir escaleras.
Por otro lado, los centros de salud de la región realizan seguimiento médico y enfermero a cerca de 85.000 madrileños diagnosticados de EPOC realizando valoración del paciente, exploraciones, plan de cuidados y revisión de tratamiento farmacológico. A esta actuación se suma la asistencia a los pacientes fumadores del ‘Servicio de Atención al consumo de tabaco en el adulto’, que alcanza a 928.000 madrileños.