La Guardia Civil desarticula en Cádiz una trama para amañar partidos de fútbol

VILLAGONZALO PEDERNALES (BURGOS), 19/04/2023.-Impacto de bala en uno de los coches de la Guardia Civil involucrado en un tiroteo con un Policía Nacional que ha fallecido por los disparos. Un policía nacional de 46 años, investigado por Asuntos Internos y al que se había retirado el arma, ha fallecido esta madrugada en un tiroteo con agentes de la Policía y la Guardia Civil que iban a detenerle en una gasolinera en Villagonzalo Pedernales, en Burgos. EFE/Santi Otero

Cádiz, 11 may (EFE).- La Guardia Civil ha dado por desarticulada una organización criminal en la provincia de Cádiz que se dedicaba a amañar partidos de fútbol de Tercera División, con el objetivo de estafar a las operadoras de juego.

En un comunicado difundido este jueves, el Instituto Armado ha explicado que la llamada ‘operación Monybet’ ha permitido hasta el momento detener a cuatro personas, los dos cabecillas de la red y dos jugadores, concretamente el portero y un defensa de un club de fútbol. Hay además 34 investigados, de los que seis son jugadores profesionales en activo de Tercera División y el resto son personas que facilitaban su identidad para hacer funciones de mulas del dinero.

Durante los registros realizados se han localizado 16.695 euros en efectivo, varias cuentas de criptomonedas, documentación relacionada con apuestas y gran cantidad de material informático de telefonía móvil y almacenamiento.

Según la Guardia Civil, la organización pudo llegar a obtener beneficios en premios superiores al millón de euros y se estima que hay más de 30.000 personas afectadas por apuestas que realizaron de buena fe.

La operación se inició en febrero del pasado año cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento, a través de la Junta Directiva del equipo de fútbol de Conil de la Frontera, de que su equipo, que se estaba jugando entrar en fase de ascenso, había jugado un final de temporada incoherente con lo realizado durante la primera fase de la temporada.

La directiva había observado que algunos jugadores no estaban actuando con la profesionalidad que los partidos requerían, sospechando que estaban involucrados con apuestas deportivas.

Las primeras investigaciones se centraron en la petición de datos a la Dirección General del Juego, organismo encargado del control de todas las apuestas deportivas realizadas en el territorio nacional, de los datos de todas las apuestas realizadas al Conil C.F. durante la temporada 2021-2022, así como de los apostantes, con lo que obtuvo un listado de más de 100.000 apuestas realizadas.

A los investigadores les llamó la atención el “aumento desproporcionado” de las apuestas realizadas a los partidos de este equipo durante la segunda fase de la temporada.

Mientras que las apuestas realizadas a otros equipos eran entre 1 y 50 euros, las realizadas al Conil C.F. sobrepasaban, en la mayoría de ocasiones, los 300 euros.

Para tratar de disimular sus actividades, camuflaban las apuestas “jugosas” entre otras apuestas previsibles y sin riesgo alguno para partidos de Primera División, con el propósito de no despertar las sospechas de las casas de apuestas y que procedieran al bloqueo de la cuenta.

Otro método era el empleo de las denominadas «mulas» de dinero, es decir, personas que prestaban su identidad como apostantes para que la organización pudiera multiplicar sus beneficios, unas veces a cambio de un porcentaje de los beneficios y otras a cambio de información privilegiada para realizar sus propias apuestas.

Con toda esta información y tras realizar el visionado de los partidos sospechosos, se pudieron observar errores nada comunes en jugadores profesionales de Tercera División, especialmente en los goles recibidos al Conil C.F.

Tras la toma de declaraciones realizadas a la plantilla del equipo se pudo constatar que todas las sospechas apuntaban al portero y a un defensa, aunque no se descarta que otros dos jugadores puedan estar también relacionados.

Los cabecillas de la organización que realizaban las apuestas fraudulentas estaban vinculados al mundo del fútbol profesional, ya que realizaban labores de asesores de pronósticos deportivos, conocidos como “tipster”.

Estas personas eran un antiguo jugador de otro equipo gaditano y un entrenador de fútbol y, según la Guardia Civil, tenían «comprados» al portero y a un defensa del equipo conileño, quienes recibían grandes beneficios por sus acciones o inacciones.

La operación ha sido coordinada por la Guardia Civil en Cádiz y la Fiscalía Anticorrupción de la Audiencia Provincial de Cádiz, coordinada por el Juzgado número 3 de Chiclana de la Frontera.