Madrid, 3 mar (EFE).- La petrolera saudí Aramco impulsa la marca Aston Martin que pilota Fernando Alonso en el Mundial de F1. Una inversión de 647 millones de euros. Y un coche que asombra en los test de pretemporada. Los concesionarios en Madrid venden coches de esta firma de gama alta por más de 200.000 euros. De momento, la clase media ya pide gorras y camisetas del piloto asturiano. El número 33, la victoria que persigue Alonso, está de moda.
Cuando el 1 de agosto de 2022 Alonso y Aston Martin hicieron oficial su vínculo desde esta temporada, el equipo británico ocupaba la novena -de diez- posición en la clasificación de constructores de la F1.
Un anuncio por sorpresa, tras la retirada del alemán Sebastian Vettel, que provocó unas ganancias de 400.000 euros en valor de marca social -retorno derivado del impacto de las publicaciones en redes sociales- para Aston Martin, según apuntó la empresa especializada en este tipo de mediciones, MVP.
Siete meses después, Aston Martin ha pasado a ser uno de los equipos a tener en cuenta para la temporada 2023 que arranca en Baréin. Un circuito en el que durante los test fueron, según datos de la propia F1, 2,371 segundos más rápidos que en el mismo escenario un año antes.
Un progreso que el propio Alonso, tras reconocer que es solo la pretemporada, ponderó en una comparecencia pública.
«El último día, en nuestra simulación de carrera, fuimos ligeramente más rápidos que Ferrari», aseguró el piloto asturiano, bicampeón del mundo de F1 en 2005 y 2006. Y los italianos fueron segundos en el mundial de constructores la pasada temporada.
LAWRENCE STROLL Y EL CAPITAL SAUDÍ
Estos son los primeros brotes verdes de un proyecto que nació en 2018 cuando el equipo de F1 Force India entró en concurso de acreedores a mitad de temporada. El magnate canadiense Lawrence Stroll compró el equipo, saldó su deuda, colocó a su hijo, Lance, como piloto y empezó a poner los cimientos de lo que es hoy el equipo.
El paso definitivo fue la adquisición de un 18,3% de la marca de coches Aston Martin.
Aprovechó también el momento de dificultad que atravesaba la compañía británica y repitió la operación; asegurándose también que le permitían poner el nombre de Aston Martin al extinto Force India que por entonces se llamaba Racing Point.
Una operación que hizo que Aston Martin subiera un 25% en bolsa.
Lawrence Stroll, un personaje de referencia en el ‘paddock’ de F1, amasó su fortuna con diferentes inversiones en marcas de ropa de lujo y es un apasionado de los coches.
En su garaje duerme el Ferrari 250 GT0, el automóvil más caro del mundo, del que existen unidades limitadas, tras subastarse por 45,3 millones de euros en 2021. Y es que el patrimonio de Stroll, según Forbes, es de 2.944 millones de euros.
Por ello, ha hecho de su pasión su gran inversión. En un proyecto al que no habría sido posible atraer a Fernando Alonso sin la apuesta de Arabia Saudí por Aston Martin.
La marca británica tiene como patrocinador principal a la petrolera Saudí Aramco, que también patrocina a la F1. Una asociación que ha pasado de ser un mero patrocinio a estar involucrado, a través de inversión, en el ambicioso proyecto de la marca.
«La asociación refleja el compromiso de Aramco con la visión, la determinación y las capacidades del equipo de dirección y de competición de Aston Martin para impulsar el progreso continuo y lograr el éxito en la F1», reconoció a EFE Talal Al-Marri, director general de asuntos públicos de Aramco.
Empresa gestionada por el gobierno Arabia Saudí, país del que el Fondo de Inversión Pública (PIF), dirigido por el príncipe heredero, Mohammed bin Salman, compró el 16,7% de Aston Martin en julio de 2022 además de aportar una inyección de capital de 647 millones de euros, según medios especializados. Movimiento que tuvo, de nuevo, un buen impacto en bolsa, ya que las acciones de la marca británica subieron un 20%.
Así, el país saudí es el segundo máximo accionista de una Aston Martin que ha cambiado su paradigma y cada vez reúne a más marcas.
Su coche está lleno de patrocinios en una F1 que cotiza al alza. Además de sus dos socios principales, cuentan con otras 24 marcas que han querido asociarse a Aston Martin. Un banco, una empresa de grúas, gafas de sol, seguros, redes sociales… el proyecto despierta interés.
MEJORES INSTALACIONES, MEJORES OBJETIVOS
Sin embargo, el éxito no llega solo a través de la inversión financiera. Por ello, el ambicioso objetivo de «ganar» de Lawrence Stroll pasa por las nuevas instalaciones del equipo. De Northamptonshire a Silverstone -centro neruálgico de la F1-, con 35.000 metros cuadrados de superficie a 26 kilómetros de distancia en el Reino Unido.
Nueva fábrica, nuevo túnel del viento – actualmente usan el de Mercedes y es un elemento clave para analizar las mejoras del coche antes de sacarlas a pista- e instalaciones a la vanguardia -de la mano de su ‘tittle partner’ Cognizant, empresa tecnológica-.
Operativa desde mediados de 2023, Aston Martin ha invertido unos 225 millones de dólares en ella, según el plan previsto anunciado por el equipo.
El plan -«La misión», como se conoce en redes sociales esta etapa de Fernando Alonso- es ganar a medio plazo, aunque lo visto en los test de Baréin han hecho que el «33» o «¿Cómo qué 33?», en referencia al número de victorias que tendría Alonso en caso de ganar de nuevo, se convierta en tendencia mundial.
EL FENÓMENO FAN DE ALONSO
Según Google Trends, herramienta destinada a captar los patrones de búsqueda de los usuarios, «33» alcanzó un pico de 96 sobre 100 el primer día de pretemporada en los que Fernando Alonso quedó segundo. Un máximo que superó «¿Cómo qué 33?», con 100 de 100 un día más tarde.
En Twitter, ambas fueron tendencia durante y después de los test. Y que apareciera el número 33 reflejado en el trofeo de campeón del mundo de F1 que compartió la propia cuenta oficial del certamen fue el impulso final para los aficionados que esperan rememorar tiempos pasados, y mejores.
Un interés que trasciende del mundo virtual. En uno de los principales concesionarios de la marca en Madrid, el que le suministró uno de los coches que le otorgaron al piloto español por su fichaje, han notado el impulso provocado por la figura de Fernando Alonso.
«He notado que mucha gente entra preguntando por el ‘merchandising’, al día recibo cinco o seis llamadas… la gente nos reconoce más. También este ‘merchandising’ es para obsequiar a los clientes que compran coches», aseguran a EFE desde el concesionario Tayre.
Unos productos de marcas que van desde camisetas con el dorsal ’14’ y el apellido Alonso como si de un futbolista se tratara, a gorras, abrigos, sudaderas… También de Lance Stroll, su compañero, pero el asturiano es el reclamo que aparece cuando entras a la página web del equipo.
Eso sí, en la venta de coches, que superan ampliamente los 200.000 euros, el efecto comenzará a tomar cuerpo cuando comience ya la competición a partir de este fin de semana.
«Todavía es pronto. Sí que creo que puede despertar más interés de la gente y que nos conozcan y nos pongan más en el radar posibles compradores de este tipo de coches, pero es pronto. Creo que si los resultados son buenos y llegan podios se puede notar en las ventas», apuntan desde el concesionario en Madrid.
Unos resultados que empezarán a contar desde este fin de semana, pero las bases están puestas. Una cara visible como Fernando Alonso que aumenta el valor de marca, fichajes de ingenieros de élite de Red Bull -Dan Fallows- y Mercedes -Eric Blandin-, nuevas instalaciones y diferentes vías de ingresos. La misión toma forma.
Óscar Maya Belchí