El Cristo de la Expiración de Triana, más conocido como ‘El Cachorro’ es una de las imágenes más veneradas y con más adeptos de la Semana Santa sevillana. Realiza su estación de penitencia el Viernes Santo junto a la Virgen del Patrocinio. Pero, ¿Por qué a este crucificado se le conoce con este peculiar apodo? Esta es la leyenda de ‘El Cachorro’:
Se cuenta que ‘El Cachorro’ era un guapo gitano del barrio de Triana y que, al parecer, estaba pretendiendo a una bella mujer casada que vivía en la otra orilla del río Guadalquivir. Una noche, el gitano fue apuñalado a sangre fría por un payo en una calle de Triana. El escultor que se encontraba tallando el futuro Cristo de la Expiración de Sevilla, Francisco Ruiz Gijón, quedó atónito tras contemplar el rostro de ‘El Cachorro’ desangrado y en su último suspiro en brazos de una gitana. Corría el año 1682, cuando Ruiz Gijón, decidió plasmar el rostro del gitano agonizante en la del crucificado que estaba naciendo de sus manos.
Cuando el Cristo, ya acabado, llegó a Triana, los vecinos del barrio exclamaban en grito: “¡Mirad, es el Cachorro!”.
‘Los Romeros de la puebla’, famoso grupo de sevillanas, compusieron incluso unas letras para relatar la mítica leyenda. Su estribillo dice así:
“El payo que lo mató,
nunca pensó que El Cachorro,
por obra de un escultor,
sería para Sevilla,
Cristo de la Expiración.”
Actualmente, ‘El Cachorro’ preside el altar de la basílica del Santísimo Cristo de la Expiración, en la calle Castilla, al norte del barrio de Triana.
Se trata de una de las leyendas más sonadas, ya no solo entre cofrades, sino entre amantes de la historia y la cultura. La Semana Santa de Sevilla tiene una proyección internacional, además de por la belleza de sus imágenes, por peculiaridades como estas que la hacen única y especial.
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