La mariposa monarca regresa al Jardín Botánico Histórico La Concepción

La mariposa monarca ha regresado al Jardín Botánico Histórico La Concepción, gracias a un esfuerzo para proteger esta especie en peligro de extinción

Actualmente, su presencia en América del Norte ha disminuido en más del 80 por ciento en las últimas dos décadas, lo que ha llevado a la implementación de programas de protección en países americanos y latinos donde es nativa.

En La Concepción, han logrado reintegrarla a su fauna mediante la plantación de ejemplares de Asclepias curassavica, también conocida como algodoncillo o flor de sangre, cerca del Estanque de Lotos. Esta planta es crucial para la oruga de la mariposa, ya que es la única de la que se alimenta. Cuando se convierte en mariposa, se nutre del néctar de diversas especies y pone sus huevos en las hojas de la asclepia. Las larvas se alimentan vorazmente y aumentan su tamaño corporal en aproximadamente 2.000 veces en unas pocas semanas. La asclepia les proporciona compuestos tóxicos que protegen tanto a ellas como a las futuras mariposas de los depredadores.

Mariposa de monarca en el girasol Stock de Foto gratis - Public Domain PicturesLa mariposa monarca es fácilmente reconocible por sus grandes alas de color naranja con venas negras y manchas blancas en los bordes. Científicamente, se les conoce como Lepidópteros, y la subespecie que realiza la gran migración es Danaus plexippus plexippus. Originaria del norte de América, su migración ha sido objeto de estudio y fascinación para muchos científicos. Aunque también hay poblaciones más pequeñas fuera del continente americano, estas no realizan migraciones.

La particularidad más notable de esta especie es su migración de miles de kilómetros. La mayoría pasa el verano reproduciéndose en los Estados Unidos y el sur de Canadá. Sin embargo, la última generación, la de otoño, es excepcionalmente longeva y puede vivir hasta 9 meses, por lo que se le conoce como «matusalén«. Hacia finales del verano, emprende un viaje hacia el sur para pasar el invierno en México o en las costas de California. Durante este viaje, varias generaciones de mariposas se suceden, ya que su vida promedio es de solo un mes, y mueren una vez que han depositado sus huevos.

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