Doha, 10 dic (EFE).- Combatir el crimen organizado es uno de los principales retos de Ecuador, cuyo Gobierno intenta librar esta lucha desde múltiples frentes como el fomento de la lectura o la inclusión de más espacios de producción artística porque “la cultura hace las ciudades más seguras”, asegura en una entrevista con EFE la ministra ecuatoriana de Cultura y Patrimonio, Romina Muñoz Procel.
“El gran problema que ahora tiene o enfrenta Ecuador es el tema de la seguridad”, recuerda la ministra en los márgenes del Foro de Doha, donde reivindicó la importancia de la cultura, la educación y la protección del patrimonio para el desarrollo de los países.
Desde inicios de año, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, elevó la lucha contra el crimen organizado a la categoría de «conflicto armado interno», con el que pasó a catalogar a las bandas criminales como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales.
Muñoz asegura que este fenómeno tiene mayor presencia en “zonas vulnerables” y se aprovecha de niños y niñas “para meterlos en estas bandas delictivas”.
“Ahí es cuando entra el Ministerio de Cultura y Patrimonio, porque nosotros ofrecemos una programación para el tiempo libre de estas niñas y niños, dando una oferta, una posibilidad, promoviendo espacios de confianza”, indica.
Más espacios y una «opción de vida»
Según la ministra, el objetivo es dar “una opción de vida, un espacio seguro” a los menores, en paralelo a la activación de bibliotecas comunitarias, la creación de ludotecas con material especializado y a “una importante inversión en temas de infraestructura”.
Muñoz defiende que la producción artística y los espacios culturales son clave para hacer “más atractivas” las ciudades ecuatorianas al turismo, para generar “una visión de país” e incluso “fortalecer los procesos identitarios”, pero también para abordar la inseguridad en Ecuador.
“La cultura hace las ciudades más seguras, y por eso necesitamos utilizar nuestros espacios públicos, estar en ellos”, apunta.
A las bandas del crimen organizado, dedicadas principalmente al narcotráfico, se les atribuye la ola de violencia que azota a Ecuador y que le ha llevado a figurar como el país con más homicidios per cápita, al registrar 47,2 por cada 100.000 habitantes en 2023, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO).
Además, Ecuador está catalogado como el tercer país en el mundo que más droga decomisa -solo por detrás de Colombia y Estados Unidos- con unas 200 toneladas de estupefacientes incautadas, según registros anuales de los tres últimos años.
Un nuevo museo
La ministra lamenta que hasta el momento el Museo Nacional de Ecuador no cuente con una sede propia, algo que achaca a la “falta de voluntad política” de anteriores administraciones, pero asegura que se está identificando “el lugar adecuado» para construirlo.
La creación de este espacio es además “fundamental” debido a que la colección de piezas es “bastante numerosa”, “ha sido poco atendida” y los ecuatorianos no tienen acceso a ella porque “está en reservas, está oculta”.
Actualmente, Muñoz estima que no se exhibe “ni el 10 %” de las reservas y asegura que la infraestructura del nuevo museo costará alrededor de 60 millones de dólares y contará con unos 10.000 metros cuadrados, en caso de que el proyecto siga adelante.
“Cuando nos quejamos también de la inseguridad del país, en el caso de Ecuador habría que analizar cuánto hemos invertido en procesos culturales y educativos”, advierte la ministra.
El patrimonio de Ecuador
Ecuador, un país que cuenta con cinco sitios designados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y otros cinco incluidos en el listado representativo, está haciendo esfuerzos para “acrecentar” esa cifra y reivindicar los miles de años de historia en tierra ecuatoriana.
En este sentido, Muñoz recuerda que el Gobierno recientemente firmó un acuerdo con la Unesco y obtuvo un fondo para “hacer un levantamiento de sitios” que tengan potencial para ser considerados Patrimonio de la Humanidad.
“Nosotros mismos tenemos el desafío de tener una conciencia de lo que eso implica, porque implica también repensar nuestros modelos de crecimiento y nuestros modelos de desarrollo”, sentencia.