Quito, 28 dic (EFE).- La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, que mantiene una dura pugna con el mandatario, Daniel Noboa, anunció este viernes que tomará vacaciones, acudirá al Parlamento y que está lista para asumir la jefatura del Estado cuando él pida licencia para participar en la campaña electoral venidera.
Mediante un oficio enviado al presidente Noboa, Abad, que no ha viajado a la capital turca para asumir una consejería económica ordenada por el Ejecutivo, pidió también que cesen las acciones de intimidación, acoso y coacción en su contra por parte del Gobierno.
El anuncio de Abad se circunscribe en la dura pugna que mantiene con Noboa, renuente a que la vicepresidenta asuma la jefatura del Estado cuando él pida licencia para dedicarse a la campaña electoral de cara a los comicios generales del próximo 9 de febrero, a los que se ha presentado para la reelección.
Abad, en su escrito, pidió al Presidente que conmine a sus colaboradores a no ejercer acciones para evitar que ella pueda suceder a Noboa durante el periodo de la campaña electoral, en referencia a varias diligencias legales en su contra.
La vicepresidenta dijo que se debe permitir «culminar este periodo de Gobierno de transición» y que ella pueda ejercer su derecho a desempeñar las funciones constitucionales de reemplazara Noboa de «forma digna y en paz».
«En los próximos días debo asumir tan delicadas funciones en la Presidencia de la República, como obligación constitucional y legal, considerando que el país atraviesa por un periodo de delicada situación, que exige un espacio de equilibrio y tranquilidad», agregó.
Insistió en que ejercerá su derecho a «tomar vacaciones» hasta el próximo 3 de enero, por lo que retrasará su desplazamiento a Turquía, como había ordenado Noboa.
«Debido a los permanentes actos de acoso y persecución, política y personal que usted y su gabinete han ejercido en mi contra, se ha afectado gravemente mi salud, por lo que aprovecharé estos días de vacaciones en los que me encuentro para atender mi derecho a la salud física y psicológica», añadió.
También, informó de que la Asamblea Nacional (Parlamento) le ha convocado «de manera urgente» para que rinda un testimonio respecto a una denuncia de acoso e intimidación efectuada por la jueza Nubia Vera, quien dejó sin efecto una suspensión de cinco meses contra Abad, interpuesta por el Ministerio de Trabajo.
A esa comparecencia en el Legislativo «acudiré en cuanto mi agenda así lo permita, a rendir versión ante el primer poder del Estado ecuatoriano», apostilló la vicepresidenta.
Abad también rechazó que se le haya impedido, de manera forzosa, ingresar a su despacho en la sede la Vicepresidencia de la República por parte de la Casa Militar (guardia presidencial) y del propio Noboa, según señaló.
Recordó que el pasado 23 de diciembre, una junta de asistencia a mujeres del Municipio de Quito le otorgó medidas de protección y emitió una «boleta de auxilio» para evitar que el presidente Noboa o sus colaboradores realicen «acciones de intimidación, amenazas o coacción» en su contra.
Indicó, asimismo, que dentro del plazo de treinta días, como establece la ley, «se preparará responsablemente» el traslado de ella a Ankara, en el marco de la delegación de funciones diplomáticas establecidas por Noboa, un desplazamiento «cuyo objetivo es hasta ahora inexistente e inútil», según remarcó.
El anuncio de Abad se enmarca en la pugna política que mantiene con el presidente Noboa desde hace más de un año, cuando ambos formaron parte de la fórmula o binomio electoral que triunfó en los comicios anticipados de 2023.
En noviembre del año pasado, Noboa y Abad acudieron juntos a jurar los cargos como mandatarios para completar el periodo (2021-2025) recortado por el exgobernante Guillermo Lasso, quien optó por usar un mecanismo constitucional que le permitió disolver el Parlamento y llamar a comicios anticipados para evitar un juicio de censura.
Noboa, apenas tomó posesión del sillón presidencial, delegó a Abad como embajadora de Ecuador en Israel y, ante la escalada del conflicto en Oriente Medio, le ordenó dirigirse a Turquía, en lo que analistas han considerado como un intento por alejarle del Gobierno.