Las excavadoras entran en Montegancedo e inician el «atentado ambiental», según vecinos

Protesta de "Salvemos Montegancedo" en una fotografía facilitada por la asociación. EFE

Pedro Pablo G. May

Madrid, 30 jun (EFE).- Excavadoras y operarios de empresas constructoras han comenzado esta semana el desmoche del Parque Periférico de Montegancedo, un paraje natural al suroeste de Pozuelo de Alarcón (Madrid), donde el Ayuntamiento quiere construir un nuevo barrio aún a costa de lo que los vecinos califican como «atentado medioambiental».

Así al menos lo describen portavoces de la plataforma vecinal 'Salvemos Montegancedo', que cuestionan un proyecto aprobado a mediados del pasado mes de abril por la Junta de Gobierno Local con objeto de construir 1.050 viviendas y dos parcelas de 40.000 metros cuadrados para el equipamiento universitario de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), así como un nuevo acceso a la M-40.

«Han empezado a vallar, tirar árboles y propiciar un tremendo atentado ambiental», explica a EFE el arquitecto y portavoz de la asociación Luis Segundo, quien recuerda que formalmente «no se puede alterar ni masas boscosas ni vegetación significativa» de un área que «estaría dentro de esa Corona Verde de Madrid que se quiere materializar desde el Monte de El Pardo hasta Boadilla y Majadahonda».

El «destrozo ambiental» que ya ha comenzado es «de condiciones catastróficas» en una zona que estaba clasificada como «monte preservado» con un rico ecosistema vegetal y animal que «ahora se están cargando», mientras sigue abierto un proceso judicial que es «materia jurídica compleja» ante un proyecto con «muchas irregularidades».

Segundo recuerda que Ecologistas en Acción presentó en octubre de 2022 un contencioso «contra el Ayuntamiento, las constructoras Aedas Home, Promociones y construcciones Pryconsa y La Finca Real Estate Management y también la UPM» que «está admitido a trámite en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, pero cursa con la lentitud de todos estos procesos de la administración».

La vista judicial se iba a celebrar el 8 de abril, pero la presentación de informes se retrasó hasta septiembre por una intervención quirúrgica de última hora del técnico de las constructoras, «lo que aprovechó el Ayuntamiento para aprobar enseguida el proyecto y ahora comenzar las obras sin más» de una iniciativa que «en el fondo no es sino construir bloques de viviendas de lujo adornadas con una propaganda fraudulenta de sostenibilidad» en un lugar como Pozuelo «donde hay muchos otros sitios para edificar sin afectar así al entorno natural».

Encinas de 200 años y sapos protegidos

Ana Castro, otra de las portavoces de la asociación, ha destacado a EFE que varios biólogos han confirmado la importancia del bosque mediterráneo interior de Montegancedo, «con más valor que el costero» y una catalogación del arbolado que varía «de grado alto a muy alto» ya que «hay encinas de hasta 200 años» entre otras especies como carrasca o jara.

Desde el punto de vista animal también es prolífico, con presencia de milano negro, milano real o conejo, en «una zona de campeo de especies importantes como el águila imperial» y donde existe una charca estacional que «están secando y tapando» a pesar de que cuenta con anfibios que «por ley tendrían que sacarlos antes», incluyendo un sapo protegido.

Por si fuera poco, «han iniciado las obras en plena época de cría de especies como el azor o el águila ratonera», denuncia, antes de añadir que, «según nos dijeron los forestales, el estudio de impacto ambiental no se hizo como debería» en la fase de proyecto y ahora, en la de ejecución, «no es obligatorio» y «por eso pueden hacer lo que están haciendo».

El ejemplo extremeño

 «Es cuestión de hechos consumados: una vez hayan arrasado todo, si luego la Justicia nos da la razón, decirles que vuelvan a poner otra vez el ecosistema que había será prácticamente imposible», lamenta Castro, porque van a dejar «un suelo estéril».

La portavoz de la asociación vecinal compara lo que ocurre en Montegancedo con el caso del complejo turístico Marina Isla Valdecañas (Cáceres) sobre el cual la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura desestimó el pasado mes de octubre los recursos interpuestos, entre ellos el de la propia Junta de Extremadura, contra la demolición de todo lo que se encuentra en estructura o no está terminado y en funcionamiento.

Las organizaciones conservacionistas Adenex y Ecologistas en Acción iniciaron hace más de 15 años un proceso en contra de esta urbanización extremeña defendiendo que invadía una zona Red Natura 2000, «un espacio teóricamente protegido» y por tanto no urbanizable.

«El nuestro es un caso parecido pero estos contenciosos van a pedales» y, aunque se ganara en los tribunales, «igual nos dan la razón cuando hayan destruido el ecosistema» ya que la asociación cree que al ritmo actual de las obras, «al menos la estructura viaria estará terminada de aquí a diciembre».

Plantación de árboles

Preguntado el Ayuntamiento, su departamento de Prensa ha declinado facilitar más información y se ha limitado a remitir a EFE el comunicado de abril en el que daba cuenta de la aprobación del proyecto.

Según la corporación municipal, que promete «la plantación de más de 25.000 árboles en la zona y en otros espacios de la ciudad», esta actuación «sin duda protegerá el Parque Forestal de Mongegancedo y las zonas verdes de mayor densidad» para crear una «gran área verde forestal pública de 28 hectáreas sobre terrenos que hasta ahora eran de titularidad privada además de otras 7 que serán reforestadas». EFE

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