Un ejemplo es el pulpo diurno común, que puede volverse casi transparente en superficies arenosas, oscuro y rugoso en rocas, o destellar colores brillantes en corales

Casi todos los cefalópodos, como pulpos, sepias y calamares, poseen la capacidad increíble de no solo cambiar el color y los patrones de su piel, sino también alterar la forma y textura de sus cuerpos. Lo más sorprendente es que la mayoría de estos animales son daltónicos, lo que plantea interrogantes sobre cómo perciben con precisión lo que deben imitar. 

En el cortejo, los pulpos y calamares también utilizan señales visuales

Cada especie de cefalópodo ha desarrollado hasta 30 patrones diferentes para ocultarse a plena vista. La piel de estos animales está cubierta de millones de células llamadas cromatóforos, que funcionan como píxeles. Cada cromatóforo es un saco lleno de pigmento rodeado por una fibra muscular que puede estirarlo y cambiar su color. Además, imitar a otros animales ayuda a los cefalópodos a acercarse a sus presas sin ser detectados.