Las últimas lluvias alivian Doñana, pero se necesitan más precipitaciones en primavera

El cauce del río Guadiamar a su paso por Gerena (Sevilla) camino de Doñana, donde es el principal surtidor de agua desde Sevilla al parque nacional. EFE/ Fermín Cabanillas

Sevilla, 9 abr (EFE).- Las últimas precipitaciones han aliviado la situación de sequía en Doñana y los problemas más inmediatos, pero se necesitan más lluvias en primavera, por lo que habrá que esperar a los próximos meses y sus temperaturas para valorar el efecto en su conjunto, según los investigadores de la Estación Biológica.

Durante marzo se han recogido 145,3 litros por metro cuadrado, la mayor parte durante la Semana Santa. Las lluvias llegan tarde para la invernada, pero todavía serán útiles para la cría de aves acuáticas.

El ciclo hidrológico anual, que se contabiliza de septiembre a agosto, ya acumula una precipitación de 404,4 litros por metro cuadrado, una cifra que supera a la de los tres años anteriores por estas fechas, pero aún no alcanza la media histórica por ciclo, superior a los 500 litros por metro cuadrado.

Aunque el actual ciclo hidrológico no está cerrado, la precipitación acumulada ya se sitúa por encima de la registrada en los tres últimos ciclos, en los que se midieron cifras muy inferiores a la media histórica.

Este marzo ha sido el segundo más lluvioso en Doñana desde que se tienen registro; sin embargo, durante este ciclo hidrológico, las precipitaciones durante los meses anteriores han sido bastante escasas y han provocado, por ejemplo, que se alcancen cifras muy bajas en los censos de aves acuáticas durante la invernada.

Las últimas precipitaciones han permitido que las lagunas más grandes como Santa Olalla, El Sopetón o la Dulce se inunden casi totalmente y Doñana recupere una imagen similar a la que tenía en estas fechas hace algunos años.

La inundación de esta primavera llega a tiempo para permitir un crecimiento de la vegetación, favoreciendo la cría de aves acuáticas, principalmente especies como las fochas, calamones, somormujos, zampullines, cigüeñas y ardeidos.

Las lluvias han aliviado «coyunturalmente en parte los problemas de sequía más inmediatos, pero no solucionan el problema invisible de la sobreexplotación de las aguas subterráneas», por lo que habrá que esperar a que termine la primavera, ha afirmado Javier Bustamante, investigador de la Estación Biológica de Doñana y vicedirector responsable de la ICTS-Doñana.