Gemma Bastida y María Alonso
Málaga, 3 jul (EFE).- El modista madrileño Lorenzo Caprile lleva casi 40 años dedicándose a su gran pasión, la moda, y ha vestido a actrices, presentadoras o miembros de la familia real. Pese a que no se imagina trabajando de otra cosa que no sea el diseño, asegura que es una profesión difícil y que no hay día que no piense en abandonar.
«Todos los días, es algo muy habitual», afirma en una entrevista con EFE, en la que reconoce que esta es una industria muy complicada, muy dura y muy tramposa, y en estos momentos todavía más».
Caprile (Madrid, 1967), no obstante, cree que la moda «vive un momento estupendo» en España, donde están surgiendo nuevas generaciones «muy preparadas, que se lo toman muy en serio». De aquí es, además, el grupo empresarial que «ha cambiado las reglas del juego de esta industria»: Inditex.
«Es una situación maravillosa», asegura el modista, que señala que el imperio textil de Amancio Ortega ha situado a España en el mapa de la moda mundial junto a otras firmas como Mango, Desigual o el gigante catalán Puig, que recientemente ha debutado en Bolsa.
Diseños icónicos
Caprile, uno de los más prestigiosos diseñadores de alta costura, fue durante mucho tiempo el modista favorito de la Casa Real. Suyo fue el traje de novia de la infanta Cristina o uno de los vestidos más recordados de Letizia Ortiz poco antes de convertirse en reina: el modelo rojo con escote tipo 'bardot' que lució en 2004 en el enlace de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson en Copenhague.
También ha vestido a la infanta Elena y a su hija Victoria Federica, a la presentadora Anne Igartiburu para las campanadas, a la influyente Marta Lozano en el festival de Cannes o a la actriz Macarena Gómez en los Premios Goya de 2015.
Lorenzo Caprile asegura no sentirse especialmente orgulloso de ninguno de estos diseños, sino del siguiente encargo «que entre por la puerta» de su 'atelier' en Madrid.
«No soy nada mitómano ni fetichista», afirma el artista, que cree que «ser mitómano es una enfermedad que todos tenemos cuando somos jóvenes, pero que si progresas adecuadamente, como dicen en los colegios, se te pasa».
«Si uno a mi edad sigue siendo mitómano, creo que te lo tienes que hacer mirar», subraya Caprile, que esta semana ha participado en un acto en Málaga organizado por la Fundación Unicaja.
Lo mejor de la moda, en su opinión, es que «hay miles de maneras de enfrentarse a ella» y que «todos los días es una aventura, porque nunca sabes quién va a entrar al taller ni lo que va a suceder». «Se trata de resolver problemas siempre de una manera distinta, eso es lo que a mi me engancha. Si no, lo hubiera dejado hace tiempo», reconoce.
Experiencia televisiva
Desde hace unos años, Caprile es uno de los jueces de 'Maestros de la costura', el programa de talentos de La 1 en el que varios aprendices de modista luchan por alzarse con el maniquí de oro y los 50.000 euros del premio.
El diseñador, que es hijo de padres italianos, no tiene palabras para valorar su experiencia como jurado de este concurso: «Todo es maravilloso: mis compañeros, conocer a otra gente de la industria, los viajes, las pruebas, los aprendices… El mundo de la televisión te quita mucha tontería de encima».
Destaca asimismo el papel de la presentadora, Raquel Sánchez Silva, «la mejor maestra» que ha podido tener en su desembarco en la pequeña pantalla.
Aunque la sexta edición de 'Maestros de la costura' acabó el pasado mes de abril, Caprile tiene ganas de seguir más temporadas. Si habrá o no, es TVE «la que tiene la última palabra», remarca.