Guillermo Martínez
Alcalá de Henares, 18 may (EFE).- Este año 2024 se cumple un cuarto de siglo desde que el yacimiento arqueológico en Alcalá de Henares Casa de Hippolytus se abrió al público, en una muestra además de que un yacimiento con cientos de años de antigüedad puede ser visitado por la ciudadanía.
El yacimiento que se puede visitar desde hace 25 años pertenecía a la familia de los Anio, quienes construyeron el conjunto extramuros de Complutum, la ciudad romana ubicada a escasos metros.
El nombre con el que se conoce, Casa de Hippolytus, no se refiere exactamente a lo que ahí se ubica: “Sabemos que Hippolytus fue el mosaiquista que la decoró porque firmó en una de sus obras, pero la casa no era suya. De hecho, ni siquiera era una casa, sino un edifico algo raro con termas, grandes jardines e, incluso, una zona funeraria”, cuenta el arqueólogo municipal de Alcalá, Sebastián Rascón.
Según relata Rascón, la vida en los terrenos de la Casa de Hippolytus se desarrolló en cuatro fases diferenciadas.
La primera de ellas es de la época prerromana y «se conserva muy mal, aunque hallamos materiales de época carpetana de entorno al siglo 3 y 2 a.C.”, asegura el arqueólogo.
La segunda corresponde a la época romana, levantada en torno a las décadas comprendidas entre el año 50 y 80 del primer siglo d.C.
En cambio, la gran obra, la mayor parte de lo que ahora se puede apreciar, llegó en una tercera fase, construida en torno al año 300 d.C.
Por último, a finales del siglo IV, las edificaciones romanas se convirtieron en edificios cristianos cuya finalidad era meramente religiosa.
De bar de carretera a yacimiento
Todo el terreno quedó reducido a una iglesia y una pequeña necrópolis adjunta hasta la plenitud de la época medieval, aproximadamente, cuando se expolió lo poco que quedaba y se llevaron los materiales. El espacio quedó como campo de cultivo.
“Es frecuente que en todas las ciudades haya establecimientos suburbanos de muchos tipos, pero este fue extraordinario”, añade el experto, y, por otra parte, es imposible saber quién vivió en Hippolytus, aunque sí se sabe a qué tipo de personas estaba dedicado el enclave: grupos sociales relativamente importantes de Complutum.
La Casa de Hippolytus tiene una historia similar a la de la ciudad romana de Complutum. “En torno al año 400 d.C. se dio una crisis que hizo que la ciudad dejara de funcionar, se procedió a desmontar los edificios y comenzó la dispersión”, explicita el arqueólogo. Pasó de un modelo de ciudad clásica a un modelo más desintegrado.
Siglos después, ya en nuestra época, el lugar estuvo ocupado por un bar de carretera y junto a él, el Ayuntamiento decidió construir un polideportivo, llamado El Juncal, hasta que en 1989 se redescubrieron estos restos arqueológicos romanos.
La importancia de la conservación
En ese tiempo, la ciudad se encontraba en pleno desarrollo de su idea de Alcalá como ciudad histórica y, como apunta Rascón, en España también existía una tendencia de dar valor a este tipo de yacimientos arqueológicos.
“Se empezaban a concebir los yacimientos como un espacio que ofrecer al público en general, no solo destinado a investigadores y eruditos”, agrega el propio Rascón. Con esa sensibilidad y óptica se comenzó a trabajar en su musealización.
Alcalá de Henares funcionó, en aquel momento, como un punto de referencia, igual que sucedía con Mérida, Barcelona, Zaragoza, Valencia o Gijón. “Fueron ciudades que incorporaron sus restos arqueológicos en la estructura urbana”, apunta el especialista.
Por eso, el proyecto original del polideportivo terminó modificándose de cara a facilitar la excavación y restauración del yacimiento.
Tal y como agrega Rascón, en este trabajo “fueron muy importantes los alumnos de las escuelas-taller, programas de oficios para la recuperación del patrimonio en torno a los años 90 y primeros de los 2000”.
Más tarde, llegó la operación conjunta entre el Consistorio de la ciudad y la Comunidad de Madrid para poner en valor los restos. “A un nivel todavía bastante experimental, se optó por construir una cubierta para protegerlos, aunque apenas había tradición de ello en el país”, dice Rascón.
Ahora, 25 años después, “la cubierta facilita su conservación, pero hasta cierto punto, pues se necesitan tareas de conservación y restauración de manera constante, precisamente para que todo esté a punto para cuando alguien lo visite”, concluye el arqueólogo.
Excavada y restaurada la Casa de Hippolytus a lo largo de la última década del siglo pasado, finalmente se abrió al público en 1999 para convertirse en el primer yacimiento arqueológico visitable de la región madrileña.