Los bomberos están preparados para gestionar los enjambres ante la llegada del calor

enjambres

El aumento de la temperatura registrado ha posibilitado la aparición de los primeros enjambres de abejas. Ante esta situación, el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid ya está preparado para hacer frente a este fenómeno. Que puede suponer un peligro para las personas. Durante el año pasadoo, los bomberos tuvieron que realizar un total de 244 intervenciones para gestionar enjambres en distintos puntos de la región.

Los bomberos de la Comunidad de Madrid cuentan con la formación específica y obligatoria en el manejo de enjambres de abejas que reciben por parte de especialistas del propio Cuerpo y con la colaboración de apicultores profesionales de la región. La gestión de enjambres es una de las intervenciones más habituales que realizan estos profesionales en época primaveral, por lo que todos los parques de bomberos de la región cuentan con los medios adecuados para intervenir.

Avisar al 112
Las abejas están consideradas ganado semoviente productivo, están legalmente protegidas y no se las puede matar. Por esta razón, ante la presencia de un enjambre en un lugar en el que pueda suponer un peligro para las personas, se debe avisar al Centro de Emergencias regional Madrid 112, que movilizará a los servicios de emergencia para que sean ellos quienes actúen.

En estos casos, la intervención de los bomberos consiste en recoger el centro del enjambre, donde se encuentra la abeja reina, e introducirlo en la piquera. El resto de los insectos seguirá a la reina y entrará voluntariamente en la caja cazaenjambres. Las cajas con las abejas se entregan a los apicultores que colaboran con los bomberos y que se encargan de reubicar los insectos en el campo.

El protocolo de actuación de los Bomberos de la Comunidad de Madrid también contempla la posibilidad de que un vehículo que transporte panales sufra un accidente. Y por consiguiente, que las abejas queden sueltas. Es una situación que puede darse, ya que los apicultores realizan muchos movimientos para llevar sus colmenas de unos parajes a otros tanto en primavera como en verano, en función de cómo evolucionan la vegetación y las temperaturas.