Madrid, 14 sep (EFE).- Vecinos de alrededor de una veintena de pueblos de España se han manifestado este sábado por el centro de Madrid para pedir frente al Congreso de los Diputados que haya una legislación para la instalación de “macrodindustrias” como las plantas de biogás o biometano o las conocidas como macrogranjas, y que estas infraestructuras estén alejadas de las viviendas.
Según la Delegación del Gobierno en Madrid, han sido dos mil las personas congregadas en esta protesta que ha arrancado en la plaza de Cibeles y ha finalizado en la plaza de las Cortes, un recorrido llevado a cabo entre caceroladas y pitidos y con cánticos como “hoy es nuestro pueblo, mañana va a ser el vuestro” o “arriba, abajo, la planta al carajo».
Ya en la plaza de las Cortes, los manifestantes, con pancartas de lugares como La Calahorra (Granada), Cubas de la Sagra (Madrid) o Milagros (Burgos), han subrayado que, “frente a la desregulación existente en el estudio e implantación de proyectos de macrogranjas de cerdos y macroplantas de biogás o biometano”, es necesario “pedir una legislación nacional, unánime, clara y de obligado cumplimiento”.
“No somos ajenos a la necesidad de valorizar los residuos, ni de obtener energía de forma más sostenible, como se empeñan en hacernos ver muchos de los impulsores de estos proyectos. Lo que pedimos es responsabilidad. Es necesario que la legislación evite la especulación económica con nuestra salud y medioambiente”, han abogado en el manifiesto leído en las inmediaciones del Congreso de los Diputados.
Eduardo Adán Almeida, presidente de la asociación vecinal Luchando por Torrejón de la Calzada y convocante de esta manifestación estatal, ha explicado a EFE que han llegado a Madrid vecinos de “entre dieciocho y veinte pueblos” de todo el país, “unidos por la misma causa”.
Aunque en el caso del madrileño municipio de Torrejón de la Calzada “hemos conseguido parar el proyecto de la planta de biogás”, ha celebrado el presidente de la asociación vecinal, “lo que queremos es que se legisle, a través del Gobierno central y luego los autonómicos, para que” estas macroindustrias no acaben “debajo de las ventanas” de los vecinos de los pueblos de España.
Según ha expuesto Adán Almeida, los gobernantes “se amparan en que en Europa las plantas de biogás conviven con la ciudadanía, pero las directrices europeas dicen que tienen que escuchar al pueblo y que no pueden entrar en conflicto”.
“Como están entrando en conflicto y son proyectos” rodeados de oscurantismo, “queremos que se legisle”, ha resumido el presidente de Luchando por Torrejón de la Calzada, apostillando que han iniciado una recogida de firmas para pedir esta legislación.
Ana, vecina de Oliva de Plasencia, un “pueblo pequeño” del norte de Cáceres, ha censurado, en declaraciones a EFE, que se quiere instalar “una planta de biometano 1,1 kilómetros del pueblo”.
“Lo que queremos es, primero, que no la pongan, y si no podemos conseguir que la quiten, que la lleven lo más lejos posible del pueblo, porque nos va a afectar muy mucho a la calidad de vida que tenemos, a nuestra dehesa, que es preciosa y se la van a cargar, y queremos vivir tranquilos sin esta mierda cerca de nuestras casas”, ha aseverado Ana, apostando por que las plantas de estas energías se instalen alejadas de los pueblos.
En la misma línea se ha pronunciado Pablo, vecino de un “pueblecito” de Zaragoza llamado Ricla.
“En nuestro pueblo ya quisieron montar una planta de biogás que nuestros fruticultores directamente denegaron, pero ahora, en La Almunia de Doña Godina quieren montar dos plantas, una que va a descargar doscientas toneladas de mierda de gallina a doscientos metros de la puerta de mi casa, y otra más en el polígono de quince hectáreas, una macroplanta de biogás”, ha asegurado Pablo.
Además, “quieren montar otra” en Calatorao, ha añadido antes de subrayar que “no decimos que no monten una planta de biogás, sino que la monten donde no haya ningún tipo de posible afección”.
“Esto es malo para la salud, malo para los bolsillos, devalúa los terrenos… Es que no logramos entender qué es lo que quieren conseguir, ¿que realmente se vacíen los pueblos de España?”, se ha preguntado Pablo, barruntando, asimismo, que esta no será la última manifestación estatal para pedir una legislación sobre estas macroindustrias.