La Paz, 8 nov (EFE).- El presidente de Bolivia, Luis Arce, inició este viernes su quinto y último año de gestión con una ofrenda a la ‘Pachamama’ o Madre Tierra y un llamado a la unidad ante quienes «intentan socavar» la democracia, en medio de la pugna que tiene con el líder del oficialismo y exmandatario del país Evo Morales (2006-2019).
Horas antes de dar un informe de gestión al Legislativo, Arce entró caminando a la plaza Murillo, el centro del poder político en La Paz donde están las sedes del Ejecutivo y el Legislativo, y fue recibido por el vicepresidente del país, David Choquehuanca, y por los altos mandos militares y policiales del país.
En la plaza, el gobernante participó junto a Choquehuanca, sus ministros y parlamentarios oficialistas que le son leales, en una ceremonia ancestral conducida por ‘amautas’ o sacerdotes aimaras que prepararon un altar con una ofrenda entregada a la Madre Tierra.
«En el inicio de este quinto año de gestión, convoco a estar más unidos que nunca como bolivianas y bolivianos. La historia nos ha demostrado que la unidad es nuestra mayor fortaleza frente a aquellos que intentan socavar nuestra democracia y amenazar nuestra economía», escribió Arce en sus redes sociales.
El presidente sostuvo que los cuatro años que lleva en el Gobierno han sido «un camino lleno de desafíos, pero también de significativas victorias».
«Hermanas y hermanos bolivianos, tengan la certeza de que cada obstáculo que hemos superado y cada logro que hemos alcanzado son el resultado de la unidad y la determinación de todos y cada uno de ustedes. Nada ni nadie nos arrebatará las conquistas sociales que con tanto esfuerzo hemos logrado», insistió.
Según Arce, Bolivia está en un «momento crucial» en su historia y todos están «llamados a luchar con todas» sus fuerzas «por últimas que fueran», para llegar al bicentenario de la independencia del país en 2025 «superando cada dificultad y defendiendo» la «estabilidad económica, política y social como un patrimonio del pueblo boliviano».
El Parlamento nacional tendrá en las próximas horas una sesión para iniciar el nuevo año legislativo y está previsto que Arce dé un informe por sus cuatro años de gestión.
Arce, que fue ministro de Economía de Evo Morales, fue investido como presidente de Bolivia el 8 de noviembre de 2020 tras ganar las elecciones generales de ese año con el 55,11 % de los votos.
El cuarto año de su mandato ha estado marcado por una crisis económica reflejada en la falta de dólares y de combustible y el encarecimiento de algunos productos básicos, además de la profundización de la pelea interna en el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) entre la facción ‘arcista’, o leal a Arce, y el sector ‘evista’ de afines a Morales.
Morales ha asegurado que tiene diferencias «ideológicas» con Arce y le ha calificado como el «peor presidente» en la historia de Bolivia, mientras que el gobernante ha lamentado que el exmandatario se convirtiera en su principal opositor y le ha acusado varias veces de intentar acortar su mandato.
La pelea por el control del MAS y la definición de la candidatura oficialista para las elecciones generales de 2025 se ahondó después de que se conociera una investigación penal contra Morales en un caso de trata de personas y estupro que el exgobernante considera que es una «persecución política» para dejarlo fuera de la contienda electoral.
Por esta investigación, los seguidores de Morales bloquearon carreteras en el centro del país durante 24 días, en los que sumaron otras demandas, como la habilitación de la candidatura del político, soluciones a problemas económicos, la renuncia de Arce y el adelantamiento de las elecciones.