París, 9 jun (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, viaja este viernes a Annecy, acompañado de su mujer, Brigitte, para interesarse por las víctimas del apuñalamiento ayer de cuatro niños de corta edad y dos adultos por un refugiado sirio, cuestión que ha generado una polémica política sobre el control de las fronteras.
«No es un desplazamiento para generar polémicas», subrayó esta mañana el portavoz del Gobierno, Olivier Véran, que en una entrevista en la emisora France Info señaló que Macron va a Annecy para ver a las víctimas o a sus familias, así como a los agentes y los servicios de urgencia que intervinieron.
Véran indicó que dos de los cuatro niños atacados, que tienen entre 22 meses y tres años, siguen «en urgencia vital», e insistió en que «nada podrá justificar ni explicar» la agresión, que se produjo por la mañana en un parque junto al lago de Annecy, una ciudad turística de los Alpes franceses.
El autor del apuñalamiento, Abdelmasih H., de 31 años, fue reducido por la policía y se encuentra detenido. Esta mañana será sometido a un examen psiquiátrico.
En alguno de los vídeos que ha circulado, se escucha que mientras perpetraba su ataque gritaba «en nombre de Jesucristo». Llevaba un crucifijo y entre sus pertenencias había un libro de oraciones. Se había declarado cristiano ante la Administración cuando solicitó el asilo.
Obtuvo hace una decena de años el estatuto de refugiado en Suecia, donde se casó y tiene un hijo con una mujer de la que se separó el pasado año. Desde finales de 2022 estaba en Francia, sin domicilio fijo, donde solicitó el asilo.
La respuesta, negativa, le llegó el pasado domingo, es decir sólo tres días después de su ataque, como señaló el miércoles por la noche el ministro del Interior, Gérald Darmanin.
Véran, en respuesta a diferentes reproches de la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, explicó que la Administración francesa le había convocado para examinar su dosier y una vez que le significaron que no podía seguir en Francia, tenía un mes todavía para apelar.
Le Pen, como otros políticos de extrema derecha y de derechas, han aprovechado este suceso, que la Justicia no investiga como un acto terrorista porque no hay ningún elemento que apunte en esa dirección, para denunciar la política francesa de inmigración, que consideran demasiado laxa.
La excandidata al Elíseo esta mañana denunció una multiplicación de «fallos» en otra entrevista en la emisora Europe 1, y en particular que no se le hubiera expulsado a Suecia una vez que se le negó el asilo en Francia.