La capital ha puesto en marcha desde la medianoche del 30 de noviembre la medida estrella del mandato de Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento, Madrid Central. Es un área de 472 hectáreas por las que solo pueden circular los residentes, sus invitados (un máximo de 20 al mes), los coches con etiqueta Cero Emisiones y Eco y los vehículos B y C que tengan como destino un aparcamiento público y siempre que tengan etiqueta ambiental, además de suministros y prestadores de servicios, entre otros.
Esta medida, la primera del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático, favorecerá al peatón, la bicicleta y el transporte público, que ganarán en protagonismo y espacio también con la reforma de calles como Gran Vía o Atocha.
La iniciativa ha arrancado en una primera fase informativa con aplicación gradual y progresiva y controles manuales de agentes de policía y movilidad. En enero comenzarán los dos meses de prueba del sistema informático de gestión de multas de Madrid Central. Durante este tiempo, se enviarán comunicaciones sin multa a las personas que incumplan la normativa. En caso de reiteración, se enviará una segunda carta a los 15 días.
El área está delimitada por las calles Alberto Aguilera, Glorieta de Ruíz Jiménez, Carranza, Glorieta de Bilbao, Sagasta, Plaza de Alonso Martínez, Génova, Plaza de Colón, Paseo de Recoletos, Plaza de Cibeles, Paseo del Prado, Plaza de Cánovas del Castillo, Paseo del Prado, Plaza del Emperador Carlos V, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, Glorieta de Embajadores, Ronda de Toledo, Glorieta de la Puerta de Toledo, Ronda de Segovia, Cuesta de la Vega, Calle Mayor, Calle Bailén, Plaza de España (lateral continuación de la Cuesta de San Vicente), Calle Princesa y Calle Serrano Jover.
Esta medida, que ya fue propuesta por los anteriores alcaldes del PP (Gallardón y Botella), espera reducir un 40% la emisión de contaminantes en el área. Alberto Ruiz-Gallardón ya peatonalizó numerosas calles del centro y creó en 2004 las primeras áreas de prioridad residencial (APR), zonas limitadas al tráfico de residentes en los barrios de Cortes, Letras y Embajadores, cuyo acceso se controla con cámaras y a las que se puede acceder si se va a un aparcamiento público, lo que se podría considerar el prólogo de Madrid Central. Ahora se agrupan las cuatro APR actuales y amplían su espacio también a barrios como Justicia y Universidad. En su interior no habrá calles de libre circulación, salvo algunos viales con objeto de permitir determinadas incorporaciones, por lo que se elimina el tráfico de paso por el centro de la ciudad. El perímetro, que coincide con el primer cinturón de circulación de Madrid, el de las rondas y bulevares, es más intuitivo y reconocible que los actuales.
Algunas ciudades europeas han impuesto un peaje para entrar al centro como medida contra los humos, como Londres, Milán, Estocolmo y Gotemburgo.