Marina Estévez Torreblanca
Madrid, 15 sep (EFE).- Manolo García (Barcelona, 1955) es «un animal de escenario» que a veces -confiesa a EFE- se ha «extralimitado» en sus fuerzas. Ahora, tras parar por un problema cardíaco, vuelve a la carretera en un formato de conciertos en teatros y auditorios que inicia este sábado en Pozoblanco (Córdoba).
«Me puedo mover bien de un extremo a otro», es decir, pasar de llenar grandes estadios a hacer espectáculos pequeños, asegura el fundador de los históricos El Último de la Fila en una conversación telefónica durante una pausa de los ensayos en el Teatro Silo, donde comienza su nueva gira y donde también tocará el día 21.
Presentará sus últimos dos discos de estudio, «Mi vida en Marte» y «Desatinos desplumados» (2022), además de abordar éxitos como «Pájaros de barro», «A San Fernando un ratito a pie y otro caminando» o «Nunca el tiempo es perdido». Se trata de su vuelta a la actividad musical tras la miocarditis aguda que padeció a finales de 2022 y que le obligó a guardar reposo.
«Por suerte la cosa no fue nada grave y he ido volviendo a la actividad. Pero me han dicho que empiece tranquilo, poco a poco, y la verdad es que también me apetece», explica el músico.
El problema cardíaco le hizo cancelar conciertos en el Palau Sant Jordi de Barcelona y el WiZink Center de Madrid, donde debería haber concluido el 20 de diciembre. Un formato que hoy por hoy no puede permitirse, pero que no descarta en un futuro, en función de como se encuentre, incluso con la vista puesta en recuperar estas grandes actuaciones. «No quiero tirarme a la piscina, no puedo nadar. Según me vea, la cruzaré entera», resume.
El directo que va a ofrecer ahora tendrá un sonido «más afinado» aunque «el concepto básico es el mismo», asegura. «No me merma nada. El teatro es más sutil, hay 1.200 o 1.500 personas, pero sigue siendo un concierto de pop-rock, con batería, bajo o guitarra eléctrica, aunque también acústico», señala.
Desde luego, no tiene intención de acortar sus actuaciones e incluso se pregunta si pecará «de largo». «Iré viendo, la reacción del público es la que manda. A veces ese poquito más se va a tres horas», afirma. García sabe que sus espectadores pueden llevar meses esperando y a veces se desplazan cientos de kilómetros y se tienen que pagar un hotel.
«Cuando yo iba a un concierto después de mucho esperar, podía salir feliz o decepcionado. Me pongo en la piel de los demás en todas las situaciones de la vida, es una de mis normas de ética básica», subraya.
Y para que su público salga feliz, García ensaya durante muchas horas y procura que los asistentes vivan «una situación mágica, se olviden de otras cosas y estén en el momento presente», con una escenografía y un espectáculo «curioso, simpático e intrigante, que sea un misterio», recalca.
NO SE EQUIVOCÓ CON BORGES Y MONTAIGNE
Durante el parón obligado por sus problemas de salud, añadidos a la pandemia (pasó dos covid), Manolo García se dedicó a leer, a pintar más que nunca (su otro oficio), reflexionar, cultivar cactus y componer dos discos.
«Tengo un carácter bastante estoico y una comprensión de las cosas más animal que humana, veo lo que tengo delante y me adapto, no me queda otra», reflexiona. Cree que le ayuda provenir de una familia muy humilde que vivía en un barrio «casi chabolista», sin agua corriente. Una escuela que le ha enseñado a «tirar con poquito», expone.
Por eso, en el tiempo de pandemia, en el que algún amigo falleció, recuerda, nunca ha tenido «la sensación de que todo es un desastre o un tostón».
Entre otras cosas, ha releído sus libros favoritos de la juventud, los que compraba en los mercadillos. «Perdón por la fatuidad, pero no me equivocaba mucho, Borges no falla nunca. Con 18 años te sorprende y te fascina y con sesenta y pico te ratifica en que el mundo tiene magia y merece la pena», contesta, preguntado por los libros retomados y sus sensaciones sobre ellos años después.
Lo mismo con los «Ensayos» de Montaigne, que siguen siendo «lo más actual», dice, o con Faulkner, Galdós o Baroja, de quien ha vuelto a leer -fascinado por su capacidad de síntesis- todo lo que ha tenido a su alcance.
FECHAS DE LA GIRA
Tras los conciertos de Pozoblanco (16 y 21 de septiembre), la gira seguirá por Almería, concretamente en El Ejido el sábado 23, y por Cádiz, en Sanlúcar de Barrameda el día 30.
Pasará posteriormente por Mallorca (5 de octubre), la localidad malagueña de Torremolinos (14), Vigo (Pontevedra, 21) y la localidad murciana de Cartagena (28 de octubre).
Ya en noviembre recalará en Logroño (día 4), San Sebastián (12), Burgos (16), Tarragona (23) y, en Lleida, en Cervera (día 25).
Las últimas fechas de momento serán las de La Línea de La Concepción (Cádiz, 2 de diciembre), y Gijón (Asturias, 9) y Cáceres (16 de marzo).